Más de 350 personas han asistido este viernes 9 de marzo en la XI Jornada de Acompañamiento al Duelo y la Enfermedad que ha tenido lugar en el Auditorio del edificio Transfronterizo del Campus de Cappont de la UdL. En el acto inaugural Anna Maria Agustín, una de las organizadoras, dio la bienvenida a los asistentes agradeciéndoles que "den sentido a la vida desde esta jornada". 

Por su parte, la pediatra Montse Esquerda, lamentó que "hemos alejado la muerte de la sociedad". A la vez, Joan Santacana, director de los servicios territoriales del Departamento Bienestar y Familia, resaltó que "en los duelos de las pérdidas no nos han entrenado".

La conferencia inaugural corrió a cargo de Alfonso García Hernández, doctor en Antropología por la Universidad de La Laguna y profesor de Teoría de Enfermería. García Hernández destacó que en todas las culturas existen maneras de relacionarse con el duelo. "Hemos ido abandonando rituales grandes para ir hacia rituales individuales", dijo. Añadió que "en el proceso de duelo es común que el sufriente incorpore a su vida algún elemento de la vida de la persona muerta". 

García Hernández se preguntó si podía ser negativo recordar a un ser querido en exceso.

En este sentido defendió la creación de "grupos de duelo". Y en este proceso de duelo destacó la importancia de "construir un significado de la pérdida" y "de construir un vínculo con el ser querido". "La idea del duelo es crear una historia adecuada para que de esta manera estaremos cambiando dolor por significado", dijo. García Hernández diferenció cinco momentos en el proceso de duelo: Morir la muerte, el duelo Reliente, en el dolor, a lo largo del dolor y aperturas a nuevos significados de nuestras vidas.

Añadió que el duelo ha sido feminizado porque los hombres no han sido educados por las emociones. También destacó que "en el tiempo de la memoria y del dolor no existe el tiempo".

La jornada continuó con una mesa redonda sobre el acompañante en la muerte y la enfermedad. Juan Carlos Trallero, médico de familia, destacó que "enfrentar las pérdidas no significa enfrentarse a las pérdidas". Y añadió que en un "acompañamiento no hay que hacer cosas, hay que estar". Por su parte, Teresa Rofes, pedagoga y postgrado en acompañamiento espiritual, habló de la espiritualidad del duelo. "La sociedad occidental prohíbe que se den al mismo tiempo el amor y el dolor.

La espiritualidad sabe que la persona puede estar triste y al mismo tiempo ser feliz". A continuación, se habló del duelo en refugiados. Y por la tarde fue el turno de experiencias de acompañamiento en escolares y los espacios temáticos.