Más de 800 personas provenientes de las diversas diócesis catalanas, Andorra y las Islas Baleares se han reunido en Lleida para celebrar el XXVII Encuentro Interdiocesano de la Asociación Vida Creciente, movimiento cristiano de jubilados y gente mayor.

La jornada se ha iniciado con una eucaristía en la Seu Vella, oficiada por el obispo de Lleida, Joan Piris, y por el arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve, así como por una cincuentena de sacerdotes de todas las diócesis catalanas. Las voces del Petit Cor de la Catedral, bajo la dirección de mosén Joaquim Mesalles, acompañaron la celebación con sus cantos.

Durante la homilía, monseñor Piris ha hecho una serie de reflexiones, entre las cuales ha animado a seguir creciendo en la fe y en la verdad de Dios. “Por grande que se sea, siempre se puede seguir creciente –ha dicho–, porque la plenitud sólo se consigue después de la muerte”.

El pastor de la Diócesis ha aprovechado el retorno del himno de la Asociación Vida Creciente, que hace referencia a la alegría, para manifestar que “esta alegría nadie nos la arrebatará, porque siempre acompaña a los cristianos”.

El encuentro, al cual han asistido el director general de Asuntos Religiosos, Xavier Puigdollers; el delegado de la Generalitat, Ramon Farré; el director de los Serveis Territorials de Governació y Relacions Institucionals, Jordi Curcó; la teniente de alcalde Montse Parrà; la concejal de Drets Civils, Cooperació i Igualdat, Maria Rosa Ball, y subdelegada del Gobierno central, Imma Manso, ha continuado con una comida en un restaurante de la ciudad. Poco después los miembros de Vida Creixent llegados de las diferentes diócesis catalanas han marchado en autocar a sus lugares de origen.

Vida Creciente reúne a unas 5.000 personas de las diócesis catalanas y de las Islas, de las cuales unas 300 son de Lleida.

El próximo encuentro se celebrará en Montserrat y de aquí dos años el destino fijado será Vic.