El llamamiento del Papa Francisco a convertir este sábado, 7 de septiembre, en una jornada de ayuno y oración por la paz en el mundo y en Siria, en particular, está teniendo una gran repercusión en todo el mundo católico.

Los obispos han pedido a los párrocos que incorporen estas plegarias durante la eucaristía o cualquier acto litúrgico de todo el fin de semana, como ha sido el caso de la Diócesis de Lleida, ya qe se ha dejado a la creatividad de cada parroquia la organización de los encuentros de oración.

La llamada del Santo Padre del pasado miércoles ha tenido continuidad con el mensaje que ha dirigido posteriormente a los líderes del G20, reunidos en San Petersburgo, en el que les pide que “no se queden indiferentes” ante el conflicto sirio y que eviten las “soluciones militares”.

Su Santidad insiste en pedirles “una solución pacífica mediante el diálogo”. Al tiempo que recordaba “el deber moral” de los Gobiernos de favorecer cualquier iniciativa para promover la asistencia humanitaria de todos aquellos que están sufriendo. ”Los conflictos armados crean profundas divisiones que necesitan muchos años para curarse”, dice el Papa Francisco en su carta.

Las repercusiones del mensaje del Santo Padre no se han hecho esperar. Destacamos a continuación algunas de ellas.

Caritas Internacionalis, a través de su director de comunicación, Patrick Nicholson, apuntaba que la única solución para resolver el conflicto de Siria era el diálogo. En el mismo sentido había otra intervención del secretario general de Caritas Internacionalis, Jorge Nuño. Los medios de comunicación también pedían el parecer de Agustín Gutiérrez, técnico de Cooperación de Cáritas España, que participaba en un amplio especial informativo conducido por Fernando de Haro en la COPE. Cáritas ha difundido también diferentes comunicados sobre el conflicto, de los cuales adjuntamos archivos en pdf.

Asimismo, Justicia y Paz dio su opinión sobre el conflicto y el uso de las armas químicas.

Entre tanto, diferentes webs y plataformas digitales se están haciendo eco de las reacciones a la llamada del Santo Padre, una ofensiva de oración en el mundo católico para la paz en Siria.