Foto Rectangle: 

La semana pasada tuvo lugar la última misa de los Jesuitas en el Oratorio de la Sangre, el cual se había utilizado para celebrar una Eucaristía diaria durante los últimos 90 años.

La avanzada edad de los sacerdotes que llevaban a cabo las misas diarias, así como la falta de personal y la desafortunada muerte del hermano Andrés Huzmán el pasado mes de abril, han sido piezas clave para tomar esta decisión. A pesar de ello, hay que recalcar el hecho que la orden no desaparecerá: tan sólo se concentraran los oficios en la Parroquia Sant Ignasi de Loiola para poder ofrecer y facilitar el contacto entre los creyentes.

La Congregación de la Sangre, que durante años ha estado a cargo de organizar la procesión de Viernes Santo y la misa y bendición de los animales la fiesta de Sant Antoni, ha mandado un mensaje tranquilizador para los que participan: las actividades no cesarán, y el edificio seguirá siendo la sede principal para llevarlas a cabo. Además, también se está planteando la idea de utilizar parte del edificio como sala de exposiciones.

Texto: Erika Guijarro

Foto: Segre