Un grupo de niños del pueblo de Serós está terminando su etapa de catequesis, para recibir el sacramento de la Comunión. Hasta aquí, nada nuevo. La novedad está en cómo estos niños, acompañados por sus catequistas; han conocido también la dimensión misionera
Durante todo el curso, a través de diversas actividades, han ido consiguiendo varias piezas. Piezas que les han permitido hacer su propio rosario misionero.
Con él, han conocido la realidad de los diversos países del mundo y como trabajan los misioneros. Los últimos meses, han trabajado especialmente a raíz de las huchas misioneras. Han descubierto cómo, con un tanto de sus ahorros, pueden colaborar con los misioneros y las misioneras. Y a través de ellos, llegar a miles de niños, para mejorar sus condiciones de vida.
Porque los niños, también pueden ser misioneros, en su entorno.