Mn. Gerardo Soler dedica su articulo semanal de la sección Liturgia Viva a hablar del Ritmo horario de la Liturgia de las Horas.

Podéis encontrar el texto a continuación o descargarlo del documento adjunto.

DOMINGO IV DE CUARESMA (B)

(Domingo del amor del Padre al mundo)

a) El ritmo horario de la Liturgia de las Horas

          Ya hemos dicho, hablando de los criterios de la reforma de la Liturgia de las Horas, que uno era la restauración de las Horas con las horas del día:

          "Consiguientemente, siendo fin propio de la Liturgia de las Horas la santificación del día y de todo el esfuerzo humano, se ha llevado a cabo una reforma procurando que en lo posible las Horas respondan de verdad al momento del día, y teniendo en cuenta al mismo tiempo las condiciones de la vida actual (SC 88).

          Porque "ayuda mucho, tanto para santificar realmente el día como para recitar con fruto espiritual las Horas, que la recitación se tenga en el tiempo más aproximado al verdadero tiempo natural de cada hora canónica (SC 94)" (OGLH 11). 

          La alabanza de la Trinidad, que es eterna, sin pausas ni interrupciones, es el modelo de nuestra oración. Y la Liturgia de las Horas es el signo sacramental de esa alabanza eterna. Por el Espíritu, que es el Espíritu del Padre y del Hijo, nosotros podemos participar de esa oración.

          Las horas y los días son para nosotros recuerdo de hechos importantes de la historia de la salvación. La mañana nos habla de la resurrección de Cristo, Sol que no tiene ocaso. Y los Laudes de la mañana son memorial de este misterio. La tarde es signo sacramental del sacrificio eucarístico y el de la cruz. Recuerda las apariciones del Resucitado a los discípulos de Emaús, y también un recuerdo esperanzado del Señor que vendrá. Y todo esto lo recordamos en las Vísperas.

          Lo mismo podríamos decir de las Horas menores: Tercia, Sexta y Nona. Venida del Espíritu Santo (Tercia), Ascensión del Señor (Sexta), la agonía de Cristo (Nona). Las Completas, son como el recuerdo al final de la jornada, con Cristo como el anciano Simeón, "Nunc dimittis".

Mn. Gerardo Soler

Liturgia viva. Liturgia de las Horas, 15-3-15

 

 

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