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Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Autoria
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Fecha publicación: 
Mié, 12/13/2017

“Prop de vosaltres” es el lema que escogí al principio de mi llegada a la diócesis para agrupar los comentarios o glosas de cada domingo. He de confesar que me dejé ayudar por algún colaborador, que me ofreció al mismo tiempo otras posibilidades de elección. Me cautivó esta expresión porque, en cierto modo, resume el sentir de mi vida y de mi ministerio, y también el deseo de hacer realidad lo que expresa.

Más de una vez he estado tentado en explicar la elección de este lema. Y, por pudor o por temor a futuros incumplimientos, he desistido de hacerlo. Quizás también por desconocer a las personas que, en un principio, tenía alrededor y que recibían de modo cordial a un desconocido pastor de su diócesis. No quería pecar de excesiva ingenuidad ni de una pretendida maestría o ejemplaridad en el trato. Ahora mismo, después de dos años de ejercicio en esta responsabilidad eclesial y con la mirada puesta en tantos rostros, después de tantas conversaciones privadas, de homilías, intervenciones publiques, de presencia en actos de fiestas religiosas y populares, me atrevo a manifestar mis sentimientos de cercanía para con todos. Con este breve comentario, quiero exigirme humildad y sinceridad.

Todo ser humano tiene necesidad o le gusta tener cerca a personas que le cuiden, eduquen o acompañan. Ocurre, como es natural, en la infancia y en la adolescencia. También, en niveles distintos, en la madurez de la vida, porque se han perdido las fuerzas, una enfermedad ha inhabilitado parte del organismo o porque, simplemente, los años no perdonan…

No me refiero sólo a las atenciones corporales. En determinados momentos de nuestra existencia necesitamos de alguien que nos cuide. Pero, en este caso, hablo de personas adultas, en plenitud de facultades. Doy un paso más, hablo de personas con una profunda convicción de ayuda al otro. Hablo de cristianos que, por seguir el mandato de Jesucristo, hacen de la caridad su fundamental estandarte. Y el último paso, hablo de ministros, servidores del Pueblo de Dios, que desean vivir con coherencia cristiana y predicar con alegría la cercanía que ha mostrado el Señor hacia todas las personas del mundo.

Esa cercanía es la que, por mi responsabilidad pastoral, me siento obligado a poner en práctica en todos los momentos de mi vida. Quiero reproducir la actitud de Jesús hacia los demás. Tengo en los evangelios una muestra de demasiados ejemplos de su cercanía física, de su comprensión hacia el otro en sus múltiples circunstancias, de su aceptación global del próximo, de su oferta de perdón, y de su misericordia con quienes muestran más necesidad de ser escuchados y atendidos.

Deseo estar cerca de vosotros para conocer vuestras habilidades, intereses y preocupaciones diarias. También, para comprender mejor vuestras ideas y proyectos vitales, y así poder participar de vuestros mejores sentimientos de ayuda mutua. Para reconocer vuestras limitaciones y caídas, y también para advertir y erradicar los argumentos que a veces nos construimos para separar o enfrentar a personas y comunidades. Para aprender de vuestros modales, de vuestras emociones y de vuestras actitudes. En definitiva, para poder intercambiar sentimientos y ofrecer con lealtad los míos, que quisieran ser siempre los de Cristo.

Deseo estar cerca de los sacerdotes, colaboradores del ministerio episcopal, de los miembros de la Vida Consagrada, para participar de sus carismas, y también de todos los laicos, para animar su vida comprometida con la Iglesia y el mundo en el que viven.

                                                                      

+Salvador Giménez, bisbe de Lleida.