Los grupos parroquiales de Vida Creixent del obispado de Lleida celebraron, el pasado 4 de febrero, la fiesta patronal de los santos Simeón y Ana, bajo la mirada de la Virgen de la Academia. Hubo un clima de fiesta mayor. En la mesa de acogida todos recibieron una colorida tarjeta de bienvenida a la fiesta junto con la oración que todos recitamos al principio del encuentro.

El tema del día fue el ejemplo de Simeón y Ana como patrones y modelos de Vida Ascendente: fidelidad, esperanza, oración, testimonio, alegría. En este contexto los presentes dieron testimonio de un momento feliz de la propia vida. Fue una dinámica bien espontánea y emotiva.

Tras el desayuno de media mañana, tuvo lugar la asamblea general para detectar buenos resultados, corregir errores en los grupos, y proponer nuevas ideas para el funcionamiento general de Vida Ascendente en nuestro obispado. Se hizo hincapié en el hecho de que otras personas que aún no conocen suficientemente Vida Creixent puedan también aprovechar la riqueza de reflexiones, oraciones, convivencia, excursiones, celebración de la fe, todo en alegría compartida. Las puertas son bien abiertas. Es necesario que hablemos en las parroquias.

La jornada llegó al pleno con la celebración eucarística que presidió el obispo Salvador. Él manifestó su alegría y agradecimiento por la Vida Ascendente en el Obispado.

La comida festiva fue preparada y servida por la casa y derivó en una alegre sobremesa de viejos cantos juveniles de piedad y alegría. Finalmente en el Aula magna el conjunto musical del Hogar de Jubilados del Pilar ofreció un excelente serial de canciones.

Cada uno se llevó a casa el recuerdo de una colorida vela, evocación de la Fiesta de la Luz el día de la Candelaria. Es justo rendir un cálido agradecimiento a quienes lo han hecho posible y a la gente que se ha implicado.

P. Josep Vilarrubias