Tipus
Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Producció
Fecha publicación: 
Vie, 03/11/2022

Queridos diocesanos:

 

A principios de febrero recibía una nota lamentando el silencio de los pastores en este desafortunado y sangrante tema de los abusos a menores en el ámbito de la Iglesia católica. Me sentí golpeado interiormente como obispo, pastor del rebaño de Jesucristo en esta parte de Lleida, y me impuse redactar una nota para manifestar mi postura y orientar a toda la comunidad eclesial. Pretendo huir de extremismos ni que suene mi palabra como una actitud defensiva o que se convierta mi declaración en un ataque general contra las opiniones ofensivas hacia la Iglesia.

 

Se ha escrito mucho en los últimos meses sobre este tema en la prensa. También ha habido comentarios y tertulias en radio y televisión. Desde luego no se ha circunscrito a nuestro país sino que se ha visto afectada la Iglesia en el mundo entero. En mi caso trato en este breve comentario de situarme ante la comunidad diocesana para que todos conozcan mi opinión, para responsabilizarme de mi actuación pastoral y para intentar no generalizar lo negativo, (delito, pecado, imprudencia…) en todos los miembros de la Iglesia. Porque, según mi opinión, cuando la generalización es un hecho acusatorio continuado, se comete una profunda injusticia contra todos los católicos aunque se anteponga para ello la palabra Iglesia. Vayamos por partes.

 

1.- Condena total y absoluta de los abusos cometidos por clérigos, consagrados o responsables de instituciones eclesiales. Sin ningún paliativo que aminore la gravedad del hecho.

 

2.- Una clara y contundente petición de perdón a las víctimas y oferta de acompañamiento en su largo proceso de restauración interior y exterior

 

3.- La problemática afecta a toda la sociedad no únicamente a los católicos o a la institución Iglesia. En nuestro ámbito diocesano aparecen muchas veces en la prensa diaria hechos que se producen entre familiares, conocidos o en lugares de esparcimiento juvenil.

 

4.- Sin que parezca una defensa tenemos que recordar los porcentajes de la comisión de los referidos hechos y que se han publicado reiteradamente. Para muestra un dato a tener en cuenta: el 0’2% protagonizados por responsables eclesiales; el 80% por familiares o conocidos de las víctimas.

 

5.- Búsqueda sincera de transparencia y rechazo radical al ocultamiento. El silencio o el miedo no pueden convertirse en cómplices de los delitos. En nuestro ámbito diocesano se constituyó en abril del año 2020 un SERVICIO DE ATENCIÓN a las víctimas con el objetivo de investigar las denuncias que pudieran llegar. Desde entonces no se ha recibido ninguna denuncia. El mencionado Servicio está compuesto por laicos, expertos en los distintos conocimientos jurídicos, médicos y psicológicos con un número de teléfono y una dirección de correo electrónico exclusivamente para esta atención.

 

6.- No es justo criminalizar sólo a una institución. Estamos obligados a actuar sinceramente y con profundidad en todos ámbitos sociales cuando se refiere a esta gran tragedia. Si queremos buscar la verdad y erradicar el delito hemos de colaborar con todas nuestras fuerzas en cualquier ámbito con el fin de salvaguardar la infancia/adolescencia y construir una sociedad más sana. Se ha de respetar la presunción de inocencia y evitar calumnias y falsedades contra personas concretas.

 

7.- Entre nosotros abundan los centros catequéticos, escolares y de tiempo libre. Hay infinidad de educadores que entregan su vida al servicio de los demás. No esperan nada a cambio. Lo hacen por una fuerte convicción de servicio que nace del Evangelio. Pero no pueden vivir y educar con la mancha permanente de la sospecha.         

 

Con mi bendición y afecto

 

+Salvador Giménez, obispo de Lleida