Vale la pena y nos hace bien a todos reconocer que las personas somos creativas ante situaciones nuevas, desconocidas, pero llevadas por un deseo de hacer el bien, dar a conocer la Buena Nueva, llevar esperanza e ilusión en un momento un poco difícil por lo que todos sabemos. Estamos viviendo confinados debido a la pandemia... pero la vida no se detiene y la iglesia busca la manera de ayudarnos, de llegar a nuestros hogares, a los hospitales, a las residencias, a las personas sin techo. Nadie imaginaba que este año viviríamos una Semana Santa tan diferente sin procesiones, sin viacrucis, sin eucaristías presenciales. Ante esta situación las familias se han preparado para celebrar la Semana Santa desde su hogar confeccionando palmas y con ramas de olivos en los balcones. Han podido seguir los oficios desde las redes, desde la televisión o desde la radio, con un aumento considerable de espectadores y oyentes. Las palabras de nuestro Obispo, el Trídium Pascual con el Papa, las reflexiones formativas, Catequesis para los niños se han podido seguir desde la web del obispado. Los actos más multitudinarios de la Semana Santa son las procesiones y ante la prohibición de su celebración se han retransmitido por las redes las de otros años. En La Granadella también esperaban la Semana Santa con mucha ilusión, para revivir el Desclavament y el Encuentro. Este año sólo lo han podido recordar por las redes sociales. Por su parte, el Obispo Salvador presidió todos los oficios desde la Casa Sacerdotal y el Jueves Santo recordó especialmente a los enfermos y a los mayores. A las 12 del mediodía del Domingo de Pascua las campanas de las iglesias repicaron para anunciar la resurrección y la esperanza.