Gracias a Dios y a pesar de la pandemia, hemos podido celebrar la Semana de Oración entre los ecuménicos de nuestra diócesis.

 

Llamados por las palabras de Jesús "Que todos sean uno, como tú Padre estás en mí y yo en ti" (Jn 17,21) nos hemos reunido esta semana, unidos, para rezar ya desde el primer día, tal como es tradición, en la Parroquia de la Virgen María del Carmen, en una Eucaristía concelebrada por los sacerdotes de la Unidad Pastoral y acompañados por el Padre Daniel Simón de la Iglesia Ortodoxa Rumana. Un buen ambiente de recogimiento y unión planeó en los presentes. (Imagen del acto)

 

El domingo 23, fue la Parroquia de San Pablo la que acogió la vivencia ecuménica haciéndola vivir con las palabras, plegarias y cantos en la misa dominical y con el entusiasmo que ponen para hacer vivir la UNIDAD en nuestros corazones. Además, nos acompaña cada año, el fantástico pesebre (1.º Premio) en el que brillaba la estrella que acompañó los Magos de Oriente tal como dice el lema de la Semana de Oración.

El Acto Central Ecuménico, este año "tocaba en una Iglesia católica", lo celebramos en la Parroquia de los padres mercedarios, La Virgen María de la Merced. Recinto acogedor y también acompañados de un gran pesebre premiado, expectantes porque no se había hecho nunca un acto ecuménico con todas las Iglesias Cristianas. Proclamación de la palabra, plegaria, cantos, reflexiones, oraciones especiales y música -no toda la prevista por las bajas de la Covid-19- que íbamos alternando las diversas iglesias, llenaron el rato previsto por el reencuentro ecuménico.

 

“Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo” (Mt 2, 2). Es el lema de este año, ojalá veamos la Luz-Jesucristo que se nos muestra y nos ponemos en camino porque nos ha confiado la misión de ir por todas partes y dar fruto, y un fruto que dure por siempre jamás Jn 15,16.

 

Francesca Agustí Farreny - delegada.