
[15-04-25] VILLA BORGHESE (I)
VILLA BORGHESE
Queridos peregrinos, esta vez he escogido para vosotros un espacio mayoritariamente verde que se encuentra en medio del entramado urbano de Roma. En realidad, os hablaré de unos jardines y de unos pequeños bosques naturales, pero a la vez “manufacturados”, conducidos y arreglados por la mano del hombre. En concreto, os hablaré de la encantadora “villa” de recreo de la familia Borghese, rodeada de naturaleza. Se encuentra en el centro de Roma y constituye el parque natural más visitado de la ciudad. Es uno de los más grandes de Europa. Ciertamente, a los peregrinos del Jubileo 2025 también os puede venir muy bien descansar y pasear tranquilamente por los impresionantes espacios naturales de Roma.
PAISAJE Y ARQUITECTURA
Mirad, la elegante Villa Borghese –y todo su formidable entorno verde– combina un edificio sobrio de lenguaje tardo-clásico (creado en 1605, restaurado en 1995) con uno de los paisajes más bellos de Italia y Europa. Todo el recinto está surcado por monumentos, fuentes y esculturas diversas. Como he dicho, es un bienvenido remanso de paz. Bellísimo. Roma, como muy pocas ciudades del mundo, ofrece a menudo esto: muchos espacios de paz anímica, natural y ecológica; espacios que el visitante debe saber descubrir, atrapar y saborear para descansar y revitalizarse.
UNA VILLA DE ENSUEÑO
Debo deciros, en primer lugar, que los Borghese son una importante familia nobiliaria romana de la cual han salido papas y diversos cardenales; es decir, una familia de abolengo, de altísimo linaje. Como se ha dicho, esta “villa” es un espacio verde que anima y eleva el espíritu; un paisaje exuberante e impresionante que parece no acabar nunca (80 hectáreas); solo la supera en extensión la Villa Doria Pamphili con 180 ha. La de Borghese está ubicada en la colina urbanizada del Pincio, a los pies de la cual, en la zona oeste, se encuentra la atractiva, popular y siempre concurrida Piazza del Popolo (Plaza del Pueblo). Por supuesto, fascina la vista occidental, mirando hacia Piazza del Popolo, que se obtiene desde la amplia y soleada Plaza de Napoleón de Villa Borghese, especialmente durante los atardeceres vespertinos. Estos jardines fueron completamente privados hasta 1902; al año siguiente fueron adquiridos por el Ayuntamiento de Roma y abiertos al público el 12 de julio de 1903.
UN EDIFICIO LOGRADO
Esta hermosa “villa” fue construida en 1605 por los arquitectos Flaminio Ponzio y Giovanni Vasanzio (este último, en realidad, es el nórdico Jan Van Santen), siguiendo las órdenes del opulento cardenal Scipione Borghese, mecenas de Bernini y sobrino (“nipote”) del influyente papa Pablo V, Borghese, pontífice entre 1605 y 1621, a quien quizás se recuerde no solo por la citada y por supuesto decisiva ampliación de la Basílica de San Pedro, sino también por haber intentado, de forma un tanto impropia, silenciar a Galileo Galilei (1564-1642), defensor del heliocentrismo copernicano.
LA SANTA INQUISICIÓN HIZO CALLAR A GALILEO GALILEI
Todos podemos cometer errores, y eso le sucedió a la Iglesia del siglo XVII. Es decir, sancionó al defensor de la idea acertada –y bien demostrada– de que no es la Tierra el centro del universo, como se pensaba, sino el Sol. En cambio, el geocentrismo o modelo geocéntrico que situaba la Tierra completamente inmóvil en el centro del universo, se sostuvo desde el astrónomo griego Claudio Ptolomeo (s. II) hasta el siglo XVI, cuando ese buen clérigo polaco, reflexivo, paciente, empírico, matemático, físico y astrónomo, Nicolás Copérnico, publicó en 1543, ya póstumamente, su De revolutionibus orbium coelestium (“Sobre los giros de los cuerpos celestes”). Desde entonces, la historia de la ciencia, y también la Iglesia, aunque con algo de retraso, han reconocido la indiscutible revolución copernicana. Os prometo, amigos peregrinos, que la semana que viene retomaré la descripción de los jardines... y algo más.
Ximo Company. Delegación de Patrimonio Artístico
Foto: Templo de Esculapio (Asclepio en griego), dios de la Medicina, en el Jardín del Lago, 1785-1790, Villa Borghese, Roma. El templo, griego, de orden jónico, es una recreación romántica hecha por el arquitecto romano Antonio Asprucci con la ayuda de su hijo Mario Asprucci, también arquitecto, y del pintor italiano Christopher Unterperger. La estatua de Esculapio, de mármol blanco, de 3,5 m de altura, fue hallada en una excavación realizada en Roma en 1549. La adquirió Marco Antonio IV Borghese en 1784, entonces propietario de la Villa. El “Jardín del Lago” fue restaurado entre 2013 y 2014.