La Congregación de la Puríssima Sang de Lleida recibió ayer el centenario manto procesional de la Virgen de la Soledad, después de haber sido restaurado por la empresa especializada Context de Barcelona. Así, una vez retornado a la iglesia de la Sang, ya se podrán llevar a cabo los correspondientes preparativos de la Semana Santa con esta pieza única en Catalunya de 1929 y confeccionada con tercipoelo, hilo de oro e incrustaciones de pedrería y perlas naturales.

Las encarregadas de llevar a cabo este laboriosoa y delicado trabajo han sido Rosa Flor Rodríguez y Eva Camí. De hecho, las alarmas saltaron cuando se comprobó que desde la parte de la corona hasta la zona de la nuca de la imagen el manto se estaba desgarrando, tal como explicó en su momento el consiliario de la congregación de la Sang, Jaume Melcior. Una vez realizados los correspondientes análisis por parte del equipo de restauradores, determinaron que la zona más delicada era la de la cabeza, donde reposa la corona de la virgen.

Este manto es de confección catalana, hecho a mano en Casa Jorba por 50 brodadoras, según explica su historia, y fue costeado por subscripción popular. Además, también sobrevivió a la Guerra Civil, al ser escondido en las carboneras de la Casa de la Maternidad, donde fue localizado por una monja en 1939, quien lo retornó a la iglesia.