Un año más – el 34º – la Hospitalidad de Lourdes de nuestro obispado de Lleida ha realizado la peregrinación a Lourdes del 27 al 30 de junio 2019. En total 285 personas, de las cuales 50 enfermos y 120 voluntarios, muchos jóvenes de la delegación del obispado, acompañados por cuatro curas y el Sr. Obispo Salvador Giménez, viniendo en seis autocares y coches.Además, sábado se añadieron 80 personas de la parroquia de Carme con Mn Ezquerra. A las 6 de la mañana de jueves día 27 nos encontramos los pelegrinos, enfermos, discapacidades y voluntarios, en el campo de deportes. El autocar n.º 1 fue a Almacelles a recoger 20 internados y cuatro monitores especializados. El clima era de amistad, de alegría. Nos acompañaba el Sr. Obispo, que en todo momento se mostró próximo y plenamente integrado al grupo.

 

Llegamos a la hora de comida, unos al hospital Acueill Saint Fray y los otros en hoteles próximos. Después, fuimos a la gruta, y, a media tarde, presidida por el Sr. obispo y concelebrada por los 4 curas que nos han acompañado, asistimos a la Eucaristía a la Basílica del Rosario. A las 19 h cenar, que a la Acueill es servido por voluntarias; que han demostrado una actitud de servicio excepcional. El viernes empezamos con una Eucaristía en la iglesia de Saint Fray y después unos han ido al Via crucis y otros a las piscinas, donde hemos vivido la experiencia única de bañarnos en el agua de Lourdes. La organización es perfecta. El agua es fría pero la experiencia y la oración a la Virgen de Lourdes hecho dentro del agua muy bien se lo merece. Por la tarde, la Unción de los enfermos y una fiesta de peregrinaje, llena de alegría.

 

El sábado asistimos a la Eucaristía en la gruta concelebrada por los obispos de Lleida, Tortosa y Girona y por el cardenal de Barcelona. Hacía mucho calor, mitigada por las voluntarias que nos refrescaban, y después la foto oficial. Por la tarde la procesión Eucarística a la basílica y al atardecer la procesión de las antorchas junto con miles otros peregrinos. El domingo en la basílica asistimos a la misa internacional, junto con unas 25.000 personas que caben, puesto que estaba atestada. La música del órgano y los cantos de coral resonaban en el interior y las pantallas de televisión nos permitían seguir de cerca a los más de 200 curas y 12 obispos concelebrantes con el cardenal Omella.

 

Las actividades programadas se cumplieron casi a la perfección. La organización de la Hospitalidad ha sido excelente. Es de admirar el ejemplo de los voluntarios de servicio generoso y librado a ayudar a los peregrinos, especialmente a los enfermos y discapacidades. Hace más feliz dar que recibir. A Lourdes se va a rezar y a compartir y hacer servicio con los enfermos y discapacidades -nuestros hermanos más pobres de todos-, y con los otros peregrinos. El clima que se vive es de recogimiento y de oración, de espiritualidad a flor de piel. 

 

Es un reconocimiento de nuestra pequeñez ante Dios, de vibrar con el Dios Amor que nos estima, con Jesús, el Hijo de Dios que sufrió por nosotros y con su madre, que tanto sufrimiento vivió junto a su hijo incomprendido y torturado hasta la muerte en Cruz. A ella, madre nuestra estimada del cielo, le pedimos que nos ayude a ser mejores seguidores de su Hijo y a vivir la dolencia con coraje luchando por la guarición si es posible, aceptando y sublimando, si no es posible, el dolor inevitable; siempre con la esperanza posada en la salvación y en, llegados a la otra orilla, una vez traspasado este mundo, disfrutar de la plenitud de felicidad estando frente a frente con el Dios Amor.

 

Gracias, Hospitalidad de Lourdes de la diócesis de Lleida, por este tan importante servicio que hacéis a los leridanos y leridanas. Os animo a apuntaros el próximo año. No os arrepentiréis.

 

Joan Viñas Salas