|18-12-23| Más de unas ochenta personas han asistido este lunes a la Eucaristía de clausura del Bicentenario del nacimiento de la madre leridana Esperança González Puig (1823-1885), fundadora de la Congregación de las Misioneras Esclavas del Inmaculado Corazón de Maria. La misa, que ha tenido lugar en la Casa Mare de Lleida, ha sido presidida por el obispo Salvador acompañado por presbíteros de la diócesis y ha participado en los cantos la Coral "Units pel Cant".

 
La Superiora General, la hermana Encarnación Herrero, ha destacado que "este año ha sido especial, en el que hemos dado a conocer la vida de nuestra fundadora, que no está canonizada, pero es venerable, que quiere decir que es Santa y así está reconocida por la Iglesia". La hermana ha explicado que la madre Esperança tuvo experiencias similares a las de Santa Teresa de Jesús y que destacó en muchas virtudes como la humildad, el sacrificio, la paciencia, la fortaleza, la esperanza, la fe y la caridad. "El 1862 fundó la congregación después de que Dios la llamara a acoger a mujeres que vivían de la prostitución", apunta Herrero, "a pesar de que ella vio que lo mejor era la prevención y decidió centrarse en la educación, por lo que fundó escuelas en lugares como Jaca y Figueres". La Casa Mare, situada en la avenida Catalunya de Lleida, fue la casa natal de la madre Esperança y es donde empezó a acoger a mujeres. Después fue un colegio, una residencia universitaria y ahora es una residencia de las hermanas de la congregación.
 
Durante la homilía, el obispo Salvador ha destacado "la alegría que hay por parte de la iglesia diocesana de Lleida y el agradecimiento a Dios porque en Lleida nació la venerable Esperança". Ha mostrado su confianza en que "si Dios quiere, más adelante puede pasar por el proceso de beatificación y santificación", aunque "el nombre que más se acomoda a esta mujer es el de madre". El obispo ha recordado que quedan ocho días en Navidad y que justamente hoy es el día de la Virgen de la Esperanza. También ha explicado que "a la congregación le costó expandirse" y que "siempre tenía tres elementos como modelos: el amor a los pobres, a la Virgen María y la confianza plena en Jesús". Ha finalizado agradeciendo la obra de la madre Esperança.
 
Al acabar la Eucaristía, la hermana Encarnación ha querido remarcar el agradecimiento "del recogimiento de los frutos del que hemos sembrado durante el bicentenario", es decir, "sacando a la luz la vida de santidad de nuestra fundadora". También ha querido destacar la importancia "de escuchar", puesto que gracias al hecho de que Esperança González escuchó la voluntad de Dios, "hoy estamos celebrando el Bicentenario de su nacimiento".
 
Se adjunta la Carta del Bicentenario de la Superiora General.
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