El local parroquial de Sant Llorenç acogió ayer, 2 de noviembre, las primeras misas una vez la iglesia ha quedado cerrada al culto por un plazo aproximado de cinco meses, mientras duren las obras de remodelación que tienen que empezar el lunes próximo. En las útimas semanas se ha adecuado el recinto para poder celebrar ceremonias religiosas.