[9-12-23] Como ya es costumbre, la Canonja de la Seu Vella de Lleida luce desde el mediodía de la fiesta de la Purísima el artístico pesebre que cada año instala el maestro pesebrista José A. Ferrer. A las 12 del mediodía y después de escuchar el repique de las campanas de la Seu Vella en honor a la Inmaculada Concepción, tuvo lugar el simbólico acto de inauguración y descubrimiento del pesebre. 

El autor del pesebre, José A. Ferrer dijo que el motivo que este año había escogido para hacer el pesebre era basarse en los pesebres napolitanos: “un poco recargados”. También explicó que las figuras centrales del pesebre estan hechas con tela y barro, hi fueron donadas por los franciscanos de Lleida a la Agrupació. Las tres figuras de los Reyes Magos también son una donació de lasHermanitas de los Pobres, pintadas a mano por los ancianos de la residrncia y que estas religiosasdonaron a la Agrupació de Pessebristes cuando dejaron Lleida en 2014.

El presidente de la Agrupació, Jordi Curcó, agradeció el esfuerzo de José A. Ferrer en el pesebre que ofrece este años a los leridanos en la Seu Vella: “Se ha lucido con su obra, muy adecuada, ya que este año conmemoramos los 800 años del primer pesebre hecho por San Francisco de Asis y nuestra Agrupació cumple 60 años desde su fundación”. Curcó se refirió al pesebre como la expresión cristiana de nuestra Navidad "pero que va más eallá del hecho religioso, como manifestación de arte, cultura popular y patrimonio de todos”.

Finalizada la inauguración del Pesebre, tuvo lugar una visita guiada al monumento, organizada conjuntamente por la Agrupació y la Associació d’Amics de la Seu Vella y dedicada a todos aquellos lugares com Capillas, capiteles o otros elementos dedicados a la Navidad. La visita, que tuvo una muy buena asistencia, fue guiada por Anabel Bernadó, de la junta de los Amics de la Seu Vella, y Jordi Curcó, presidente de la Agrupació Ilerdenca de Pessebristes, quien explicó los orígenes de la relíquia del pañal de Jesús o Sant Drap, venerada en la Seu Vella desde 1297, cuando Arnau de Solsona la entregó al obispo de Lleida, que la va puso a la pública veneración y que desapareció durante los inicios de la Guerra Civil.