En un contexto de confinamiento, la Pastoral Obrera de Lleida ha celebrado, por medios telemáticos, la Misa del Primero de Mayo. Debido a las difíciles circunstancias, este año ha sido una celebración íntima donde hemos participado sólo un grupo reducido de personas.
 
 
Hemos intentado vivirla en comunión, a pesar de las carencias, por ejemplo, de no poder compartir la Eucaristía o darnos la Paz en persona. Hemos tenido presente el manifiesto de la Pastoral Obrera de Cataluña, sintiéndonos unidos a los otros Movimientos Cristianos que también tienen como referencia el Mundo del Trabajo.
 
 
Estamos preocupados por las graves consecuencias sociales que ya está teniendo esta crisis sanitaria y pensamos que debemos afrontarla cambiando antiguos modelos, valorando los servicios públicos, dando dignidad a las personas que realizan tareas asistenciales en condiciones de precariedad y asegurando espacios de encuentro y expresión de todos los trabajadores y trabajadoras.  
 
 
Rogamos y deseamos lo mejor para todos los enfermos y sus familias y para que se supere esta situación y podamos encontrarnos pronto en persona.