La pandemia de la Covid-19 se ha extendido por todo el mundo y la Ciudad de la Felicidad de Guatemala, gestionada por la congregación de Marta y Maria que también están en la Casa Sacerdotal de Lleida y en la cual está sirviendo el padre leridano Víctor Espinosa, está viviendo este tiempo de incertidumbre también confinada con todo lo que esto supone.

 

La ciudad de Esquipulas está cerrada y esto ha supuesto revueltas en la ciudad y grandes colas por los alimentos básicos. Los precios han subido, los donativos han disminuido y, por lo tanto, la situación todavía es más complicada en este hogar para niños y niñas que han quedado huérfanos o que sus padres no pueden hacerse cargo.

 

La parte positiva es que todos están bien de salud y se han tenido que adaptar a quedarse confinados en la Ciudad de la Felicidad sin poder ir a la escuela. Recordamos que Mn. Víctor Espinosa, además de hacer tareas de sacerdote de este hogar para niños desvalidos, ejerce de padre de once de ellos y ahora también de maestro con la dificultad que supone atender las necesidades educativas de diferentes edades y sin ayuda de voluntarios.

 

Mn. Víctor explica que van gestionando los ratos de los niños con el estudio, el juego, las películas y los domingos comen todos juntos en un espacio que denominan el «rancho». Las necesidades son muchas y muy variadas y las ayudas no llegan. La Delegación de Misiones de nuestro Obispado colabora en diferentes proyectos con este hogar de acogida de niños y hace un llamamiento porque todo el mundo que lo desee pueda colaborar para que su día a día sea algo mejor.

 

Mn. Víctor afirma que muchas veces faltan alimentos básicos a pesar de que la providencia hace que cada día haya alimentos a mesa y las necesidades básicas están cubiertas.

 

Con mucho de amor y paciencia, Víctor Espinosa y las hermanas salen adelante a unos ochenta niños, dando lo mejor que tienen a cada cual de ellos para que cuando tengan 18 años puedan tener una vida digna.

 

Se suspende la segunda edición del verano misionero en Guatemala

 

Un total de siete leridanos tenían pensado pasar una parte de sus vacaciones conociendo la Ciudad de la Felicidad y vivir un verano misionero en la que hubiera sido la segunda edición de esta iniciativa conjunta entre la Delegación de Misiones y el Obispado de Lleida.

 

Pero la pandemia de la Covid-19 ha suspendido el viaje. A pesar de no poder estar presencialmente y ayudar en el que sea necesario, están en contacto entre ellos y también con Mn. Víctor con la voluntad que, próximamente, puedan viajar hasta Guatemala. Justo es decir que los voluntarios que el año pasado participaron en el proyecto están planteando la manera de poder aportar alimentos hasta la Ciudad de la Felicidad puesto que actualmente es la carencia más importante.