
El pasado domingo, 26 de septiembre, los representantes de más de 15 países se encontraron en la iglesia de Sant Joan de Lleida para celebrar la 107 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.
Marcada por las restricciones sanitarias que vivimos, el encuentro empezó con una reflexión del mensaje del Papa Francisco. Nosotros hemos querido dar respuesta a su llamamiento a "andar juntos hacia un "nosotros" cada vez más grande", de tomar conciencia que somos una comunidad, diversa en su expresión de la fe, pero enriquecida precisamente por este hecho, en una Iglesia como espacio de acogida por todo el mundo.
Acompañados por el señor obispo Salvador Giménez, por Mn. Joan Ramon Ezquerra, Mn. Carles Sanmartín, Mn. Ruis de la comunidad copta, y, por supuesto, por el responsable de la pastoral para migrantes, Adrian Burka y alentados por sus palabras, hemos ido compartiendo y construyendo el "nosotros" con las experiencias de fe de cada comunidad, recordando la trayectoria desde los inicios hasta la actualidad, reconociendo la presencia de Dios misericordioso a través de cada persona que ha aparecido en el camino, abriendo las puertas y dando esperanza en un camino a veces lleno de obstáculos y de carencias, pero también de alegrías y de vivencias compartidas y alentadoras en la fe.
De este modo, uno a uno salieron a compartir las historias Dulce, como representante de Venezuela, Mayra y Ramiro de Ecuador, Mónica de la Iglesia Rumana Ortodoxa, que también nos cantó un himno de la liturgia ortodoxa, Rocío de Perú, Karen de la República Dominicana, Anette de Camerún- acompañada por otras jóvenes camerunesas de la comunidad africana de la UP.
Pilar Magdalena, Juana de Polonia, Nancy y Abel de Honduras, con sus hijas, que acabaron su presentación recitando entre todos un poema de aprecio hacia su país, Mateo de Senegal – acompañado también por dos jóvenes del mismo país que se encuentran a la parroquia de San Pablo de Mariola, Malika y Susana de la comunidad copta que junto con el Mn. Ruis y niños de la comunidad nos dijeron "Santo y grande es el Señor!" en sonidos y ritmos propios a su liturgia y Ioana, de la comunidad rumana católica. El recuerdo del Mn. Joan Mora ha estado presente en todas las historias, puesto que fue el primer responsable de la pastoral para los migrantes y el que empezó a reunir las personas de origen migrante a la parroquia del Carmen.
No podían faltar las palabras y la bendición del señor obispo Salvador, y tampoco las de los sacerdotes Carles, Ezquerra y Adrian, que han reiterado el compromiso de la Iglesia con las personas que llegan de otros lugares, ofreciendo los templos como lugares de plegaria y de encuentro.
Al final de la celebración, nos hemos arrodillado ante Jesús eucarístico, presentándole nuestras plegarías y deseos y nuestro agradecimiento por todas las oportunidades que nos da cada día para construir un mundo mejor, dentro de nuestra sociedad.
Y antes de marchar, quisimos aprovechar la comunión que vivimos todos juntos y marcamos como mínimo tres actividades para este curso: un partido de fútbol entre los equipos que se formarán con los miembros de los grupos implicados, aprovechando la pelota que nos ofreció el Mn. Ezquerra, un encuentro en Navidad con una muestra de villancicos tradicionales en la Unidad Pastoral de Pilar y Magdalena, en respuesta a la invitación del Mn. Carles y también una actividad de formación, que queda para concretar, pero seguramente se hará a una de las parroquias que nos han invitado, como espacio de actividad y comunión con personas migradas implicadas en la actividad. Nos despedimos con la sensación de un fuerte enriquecimiento espiritual que queremos que continúe, que vaya más allá de una jornada y con el convencimiento que entre todos estos "nosotros" es posible. ¡Que Dios nos ayude!
