El Ateneo Universitario Sant Pacià (AUSP), el día 2 de octubre de 2019, inició el nuevo curso 2019-2020. Después de cuatro cursos académicos de funcionamiento, el AUSP “continúa el proceso de reafirmación de sus estructuras internas y su proyección hacia el exterior”. Así lo explicó su rector, el Dr. Armand Puig. El acto celebrado en el aula Magna del Seminario Conciliar de Barcelona, fue presidido por el cardenal Joan Josep Omella, Gran Canciller del AUSP. También se contó con la presencia de los Obispos de las Diócesis catalanas, entre ellos el Obispo Salvador. “Somos una institución eclesiástica, pero no clerical, sino profundamente eclesial, que tiene la tarea de formar intelectualmente los futuros pastores del pueblo de Dios y otros agentes y trabajadores de los varios campos pastorales” explicaba Puig.

 

El Dr. Armand Puig aseguraba que el Ateneo “es como un gran paraguas académico que guarece hasta doce realidades: tres facultades, un centro afiliado y ocho institutos, con un total de 2.500 alumnos”. El AUSP, integra las facultades de Teología, Filosofía y Antonio Gaudí de Historia; los institutos superiores de Liturgia, Teología Fundamental, el CETEM de Mallorca y seis institutos de Ciencias Religiosas, entre ellos el IREL. El AUSP, es miembro también de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC) y de la Federación de Universidades Católicas de Europea (FUCE).

 

Reconocimientos y novedades

 

El Dr. Armand Puig recordó la “profundidad y solidez” del pensamiento del Dr. Joan Planellas, nombrado Arzobispo de Tarragona y nuevo Vice-Gran Canciller del AUSP, un auténtico “constructor” del Ateneo, que “ha contribuido a hacer que éste consolidara su vocación de pulmón intelectual de las diócesis con sede en Cataluña”. También destacó la figura del Dr. Xavier Morlans, que pasaba a profesor emérito, “un todoterreno, un hombre de frontera, sensible y cordial, atento y atento, que ha enseñado Teología Sistemática durante muchos años”. Y Mn. Morlans ha recogido su medalla. Así mismo el rector del Ateneo explicó las novedades de las tres facultades de este próximo curso 2019-2020.

 

Traslado al Imperio Bizantino

 

El Dr. Albert Viciano, profesor de la Facultad Antonio Gaudí, impartió la lección inaugural del curso, con el título El debate teológico en la crisis iconoclasta de los siglos VIII y el Imperio Bizantino. El Dr. Viciano dijo que “una de las diferencias entre la tradición cristiana oriental y occidental es la significación de las representaciones en imágenes de lo sagrado; mientras que en las iglesias orientales los iconos pintan representando la sustancia de lo sagrado, la iglesia occidental entiende las imágenes como una figuración didáctica, votiva y de culto”.

 

Cinco momentos de la crisis iconoclàstica

“En cuanto al estilo –ha explicado-, mientras que en la tradición católica es libre y adaptada en cada momento, en la tradición oriental la pintura sacra parte de unos parámetros fijos y presupone una preparación interior del pintor para que la transfiguración de la imagen sea posible”.

 

Así mismo, Albert Viciano indicó esquemáticamente los cinco momentos de la crisis iconoclástica con una primera fase opuesta a la prohibición y destrucción de imágenes. En segundo lugar con un intento de solucionar la crisis convocando el concilio iconoclasta de Hieria, lo cual no funcionó. Seguidamente con la victoria iconofílica del Concilio ecuménico de Nicea II.

 

En cuarto lugar, el renacimiento iconoclasta bajo el emperador León V el Armenio. Finalmente, la quinta época con la victoria final del culto de los iconos en el concilio de Constantinopla; un momento que fue definitivo, puesto que desde semillas la devoción y el culto de los iconos han quedado inalterados en las Iglesias cristianas de Oriente. “A día de hoy, el culto de las imágenes de Cristo tiene que encuadrarse en otros parámetros culturales, orientado al servicio de los pobres y a la dignificación de la condición humana”, ha concluido el Dr. Viciano.

 

«Hay que ser un Buen Pastor»

 

El cardenal Omella fue el encargado de cerrar la inauguración del curso del Ateneo Universitario Santo Pacià. “Hablar de pastoral no es hablar de un aspecto de la formación, sino algo que los engloba todos”, explicó el arzobispo de Barcelona.

 

“Todos los aspectos de la formación quedan incluidos en la imagen del buen pastor, puesto que la caridad es el aspecto fundamental de todas las virtudes” aseguró. “Para ser misioneros y apóstoles, antes tenemos que ser discípulos. La misión de estos centros de formación es formar buenos pastores que comuniquen la vida de Jesucristo a nuestras comunidades”, indicaba el cardenal Omella. Para llegar aquí el arzobispo de Barcelona posó sobre la mesa cuatro tipos de presbíteros necesarios a las diócesis. Antes que nada, presbíteros discípulos, después presbíteros misioneros; seguidamente presbíteros  servidores de vida y por último, presbíteros plenos de misericordia.

 

“El gran reto es configurarnos más en Cristo. Claro que necesitamos presbíteros muy formados, pero también necesitamos pastores santos que estimen Cristo y estimen la gente” concluía el cardenal pidiendo a los presbíteros, catedráticos, y miembros del AUSP que “ensanchemos nuestras mentes y nuestros coros, no tengamos miedo de un nuevo curso, no nos acobardemos”.