Queridos diocesanos, 

 

En las parroquias de la Iglesia católica empezamos la celebración de la Misa de Navidad con un anuncio explicando el motivo de este acontecimiento con una síntesis histórica anterior y viviendo la alegría del Nacimiento de Jesús.

 

Lo llamamos Pregón de Navidad y os lo ofrezco para que tengáis la oportunidad de leerlo, de recordarlo y de transmitir su contenido a los niños y jóvenes de vuestras familias.

 

Os anunciamos, hermanos, una buena nueva

que llevará a todo el pueblo una gran alegría;

escuchadla con corazón alegre.

Habían pasado miles y miles de años

desde que Dios, al principio,

creó el cielo y la tierra

e hizo al hombre a su imagen y semejanza;

y miles y miles de años

desde que había cesado el diluvio

y el Altísimo había hecho resplandecer

el arco iris, señal de alianza y de paz.

Casi dos mil años después

de que Abraham, nuestro padre en la fe,

dejó su tierra;

1.250 años desde que los israelitas,

guiados por Moisés, salieron de Egipto;

mil años desde la unción de David como rey;

en el año 752 de la fundación de Roma;

en el año 42 del imperio de Octavio Augusto;

cuando el mundo entero

disfrutaba de gran paz,

ahora hace 2.021 años, en Belén de Judea,

un pueblo humilde de Israel,

ocupado por romanos,

en un establo, porque no había sitio

en el hostal,

de María virgen, esposa de José,

de la casa y familia de David, nació Jesús,

Dios eterno, Hijo del Eterno Padre

y hombre verdadero,

denominado Mesías y Cristo,

Que es el Salvador que

la humanidad esperaba.

 

La alegría de esta fiesta no debe hacernos olvidar las dificultades que muchos hermanos

afrontan con motivo de la pandemia, de la erupción del volcán de la Palma, de los enfermos y ancianos en soledad y tantos otros.

 

Sirvan las hermosas palabras del texto anterior para desear a todos una feliz Navidad, un santo NACIMIENTO DE JESÚS, EL MESÍAS, EL SEÑOR.

 

Con mi bendición y afecto,

 

† Salvador Giménez Valls

Obispo de Lleida