La capital del alta Ribagorça ha acogido el primer sábado de septiembre, vigília de la fiesta del Nacimiento de la Virgen María, la tradicional Romería de las Vírgenes de la Ribagorça. Se reunieron unas 2.500 personas acompañando cuarenta advocaciones marianas de poblaciones de la Ribagorça catalana y aragonesa, la Litera, el Somontano, el Cinca Medio, el Bajo Cinca, el Sobrarbe y el Segrià. Fue presidida por Mons. Salvador Giménez Valls, obispo de Lleida, y Mons. Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro.

 

La iglesia de la Virgen María de la Asunción ha sido el punto de acogida de los romeros y de sus advocaciones marianas que después han salido en procesión hasta el polideportivo, donde han tenido lugar los actos de la jornada. José Antonio Troguet, alcalde del Pont de Suert, dio la bienvenida a todos los asistentes y hizo elogio del patrimonio natural y artístico de esta comarca situada en medio de los Pirineos y del reto que se propone el consistorio de promover el turismo deportivo y religioso para darla a conocer y superar el despoblamiento que sufre el territorio.

 

También agradeció a los voluntarios, empresas e instituciones que se han apresurado en la organización de este acontecimiento multitudinario. A continuación se ha celebrado la Eucaristía, concelebrada por los dos obispos y unos veinticuatro sacerdotes. El coro parroquial acompañó musicalmente la ceremonia con varios cantos marianos y eucarísticos. Las ofrendas aportadas por un buen grupo de romeros procedentes de varias poblaciones tenían un carácter benéfico, destinándose a residencias de ancianos y otras entidades sociales.

 

El Obispo Salvador ha recordado el origen de la romería iniciada por inspiración de unos sacerdotes que supieron reunir los espíritus y las personas alrededor de la Virgen María: “Es un motivo de acción de gracias que nos reunimos para celebrar la única fe en Jesucristo que nos acompaña en el camino de la vida.” El Obispo se refirió a las muchas advocaciones marianas existentes y pidió que utilicemos especialmente dos títulos para referirnos a Maria, el de Virgen María y Madre de la Iglesia. “Que su imagen no nos haga perder de vista la persona de la Virgen María, la sirvienta de Dios, y que nos ayuden a mirar y acercarnos al Señor Jesús”, insistió. El prelado animó a vivir un testimonio comprometido actuando siguiendo criterios evangélicos, con generosidad y aceptación fraternal y buscando la comunión: “Que el camino de la procesión sea nuestra vida de seguimiento de Jesús de la mano de la Virgen María.”

 

Acabada la celebración los sacerdotes impusieron a las respectivas imágenes marianas, situadas a los pies del altar, un escapulario con la inscripción: «Madre de la Iglesia, rogáis por nosotros», como recuerdo de su participación a la Romería. Igualmente todos los asistentes habíamos recibido el distintivo de la romería con el lema de este año: «Mujer, aquí tienes a tu hijo» (Jn 19,26) para remarcar que es Jesús quién nos da Maria como madre, y que es ella, con su amor de madre, quién nos ayuda a vivir como Iglesia también hoy, como lo hizo con los apóstoles reunidos al Cenáculo el día de Pentecostés.

 

En el mismo espacio donde muy romeros habían comido, ha tenido lugar por la tarde un acto cultural de carácter musical a cargo de un matrimonio interpretando varios temas marianos. A continuación ha tenido lugar la actuación del grupo Ribatònics interpretando con el acordeón diatónico animadas melodías tradicionales, cerrando la jornada con la Hora de los Adioses. Previamente muchos de los asistentes pudieron visitar el Museo Comarcal de la Ribagorça, impulsado por Mn. Joan Mora en la iglesia vieja del Pont de Suert, situada en la plaza que el pueblo le dedicó el año pasado.

 

También se ha revelado el nombre de la población que acogerá la próxima Romería, Boltaña. El alcalde de esta población del Sobrarbe ha recibido la bandera de la Romería de manos de Troguet, haciendo posible que, por primera vez, el encuentro de advocaciones marianas transcienda los límites de la Ribagorça a nivel de organización del acontecimiento mariano más importante de los Pirineos.

 

La Romería de Vírgenes de la Ribagorça es una tradición muy arraigada que fue impulsada inicialmente por el equipo sacerdotal de la Ribagorça catalano-aragonesa. Entre ellos había Mn. Joan Mora (ACS) y Mn. Joan Ramon Ezquerra, que entonces estaban a la parroquia del Pont de Suert y los pueblos agregados. Los tres equipos de sacerdotes que tenían atención de los pueblos de esta amplia comarca – el de Pont de Suert, Areny y Benabarre-, se plantearon la posibilidad de crear un espacio y una fiesta que pudiera reunir las personas que atenían pastoralmente y que no se conocían.

 

Surgió el proyecto de un encuentro anual al amparo de la Madre, la Virgen Maria. Ella tenía que tener una parte predominante en el encuentro familiar de sus hijos. Y se pensó que tenía que hacerse presente con las imágenes propias de cada pueblo y, por lo tanto, con el nombre propio que Maria toma al ser venerada por un grupo de personas. De aquí la “Romería de las Marededéus”. Cada pueblo iría con su imagen.

Hasta el año 2008 la Romería solo había tenido lugar en los pueblos de la parte oriental de la comarca de la Ribagorça. Dándose cuenta de la emoción con que cada año se vive este acontecimiento, se decidió ampliarla en la parte aragonesa el año siguiente. Progresivamente se ha ido incorporando otras comarcas aragonesas y de las tierras de Lleida, de donde este año se han desplazado cuatro autocares acompañando su patrona, la Virgen Blanca de la Academia.

 

Texto y fotos: Parroquia de Carme de Lleida.