|16-01-24| El Obispado de Lleida ha incorporado el sacerdote colombiano José Jesús Gómez Ospina, que llegó el pasado 9 de enero en Lleida y que hoy ha sido presentado por el obispo Salvador al resto de presbíteros en el receso mensual que se hace a la Academia Mariana, para ayudar a reforzar las parroquias de la diócesis durante los próximos cinco años. La llegada de Gómez Ospina es fruto de un convenio con el arzobispado de Cali, de dónde en los últimos años ya han venido otros sacerdotes. Gómez tiene 62 años, nació en Dovio Valle (Colombia) y fue ordenado presbítero el 2003. Tiene el Bachillerato en Filosofía, es teólogo por la Universidad Bolivariana de Medellín, licenciado en Ciencias Religiosas por la Universidad Lumen Gentium y diplomado en Comunicación Social por la Universidad Javieriana. El nuevo sacerdote tendrá un periodo de adaptación y conocimiento de la diócesis antes de que le sea asignada ninguna parroquia. Entre otros aspectos, ha empezado ya el aprendizaje del catalán.

 
"El arzobispo de Cali hizo un llamamiento por si había padres que querían ir a España y acepté porque me interesa conocer esta cultura", afirma Gómez, que remarca el hecho que el convenio entre el arzobispado de Cali y el obispado de Lleida "responde en parte a la falta de sacerdotes en España, a pesar de que esta es una carencia que hay en todo el mundo y en todas las religiones".
 
Durante su etapa como sacerdote en Cali ha estado a cargo de las parroquias de Nuestra Señora de Agua Blanca, Nuestra Señora de la Alegría, de la parroquia de San Agustín y de San Felipe Apóstol. Antes de venir a Lleida, Gómez explica que "había estado en Madrid y Roma y ahora aprovecharé mi estancia aquí para conocer algunos países y estudiar por mi cuenta Neurociencia, puesto que hay muchos descubrimientos científicos sobre el cerebro que me interesan". Al respeto, quiere descubrir "esta parte que desconocemos para aprovecharla al máximo para ayudar a las personas” y “cómo incorporar la palabra de Dios a los elementos nuevos que nos da la ciencia".
 
Gómez es consciente que actualmente su principal reto es aprender catalán, a pesar de que antes de venir ya aprendió algunas palabras, como los saludos o algunos tipos de comida. "De hecho, uno de mis primeros deberes es que una voluntaria del Obispado me enseñe a hacer misa y a leer en catalán", asegura. Aun así, reconoce que también tendrá que adaptarse al frío de Lleida y a la distancia con su país.