
Del viernes 28 de febrero al 1 de marzo, el grupo de confirmación de la parroquia de Sant Antoni Maria Claret ha hecho una salida a la Saira para preparar la confirmación. Éramos 13 adolescentes y 2 catequistas. Hemos hablado de la importancia de la confirmación para un cristiano y también de la celebración de la confirmación. La confirmación es importante porque desde la confirmación vivimos plenamente la vida misma de Jesús. Es decir, vivimos aquello mismo que Jesús vivía, estimamos aquello mismo que Jesús estimaba. Con la confirmación pues, adquirimos un compromiso muy serio para profundizar en la vida de plegaria, en la relación con los otros, en el trabajo por todo aquello que contribuya a construir un mundo más digno, en el testigo de la fe y en la capacidad de transmitir esperanza.
Sobre el sacramento aprendimos que el núcleo o el corazón de la celebración es la imposición de las manos y la crismación. La imposición de las manos significa que pertenecemos totalmente a Cristo y a la iglesia y pasamos a ser testigos de la fe con palabras y obras. La crismación o unción con el óleo expresa que el Espíritu santo estará siempre con cada uno de nosotros.
Tuvimos también el honor de hablar con el señor obispo de Lleida, Salvador Giménez, que nos quería conocer personalmente. Nos preguntó y explicó un poco sobre los sacramento y los evangelios. También nos explicó qué es una diócesis.
Antes de la puesta en común, reflexionamos personalmente en unas cuántas preguntas relacionadas con la confirmación. Por ejemplo: para mí ser cristiano es renunciar a..., para mí creer que Jesús anda a mi lado..., para mí creer que el Espíritu me da vida..., ¿crees en el amor?, ¿tienes razones por las cuales sentirte agradecido?, ¿consideras que algo falta a la sociedad actual? Y qué huella quieres dejar marcada sobre el camino de tu vida en tu paso por este mundo?
Las respuestas eran variadas, profundas e interesantes. Acabamos la jornada del sábado con una película “El caso de Cristo” y expresamos nuestra opinión sobre ella. Concluimos el encuentro con la celebración eucarística del domingo y volvimos a casa contentos y agradecidos de tantas buenas experiencias vividas.
