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Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Autoria
Producció
Fecha publicación: 
Vie, 10/18/2019

Queridos diocesanos:

En un comentario anterior (el pasado 15 de septiembre) trataba de explicar el significado del MES MISIONERO convocado por el papa Francisco para toda la Iglesia católica. Lo hacía coincidir con el mes de octubre de este año debido a que la celebración del DOMUND siempre se ha situado en el tercer domingo de este mes. Quería recordar el Papa los cien años de la publicación de un documento de un antecesor suyo en el que se impulsaba el fortalecimiento de las misiones en todo el mundo y la colaboración de todos los católicos en la misión fundamental de la evangelización.

 

En este comentario me centro, como hago todos los años, en resaltar la importancia de este domingo para todas nuestras comunidades. El DOMUND nos permite a todos reflexionar sobre un aspecto esencial de nuestra vida cristiana, como es el compromiso de anunciar con palabras y hechos el evangelio de Jesucristo. Al mismo tiempo sentirnos cercanos y corresponsables con todos los misioneros que, lejos de sus casas, dedican su vida a mostrar la caridad del Señor en todos los países del mundo.

 

El lema de este año es el siguiente: BAUTIZADOS Y ENVIADOS: LA IGLESIA DE CRISTO EN MISIÓN EN EL MUNDO. Con las palabras que componen este anuncio se resume con claridad lo que nos pide la Iglesia en estos momentos. En todo el mundo hay situados centros de misión, fundados algunos hace muchos años, para dar a conocer la singularidad de la salvación del Señor, que se concreta en la caridad que Él nos mandó y que es una exigencia por haber sido bautizados. Desde nuestro bautismo hemos recibido la gracia de ser enviados a cumplir la doble dimensión de la caridad, presentar a Cristo y atender las necesidades de nuestros hermanos. Hay un matiz especial en el lema de este año, la llamada a sentirnos todos misioneros allá donde vivamos. No es una cuestión que afecta a unos pocos, que nos parecen valientes en su decisión y compromiso y a los que profesamos una profunda admiración y un gran reconocimiento. La misión atañe a todos.

 

Nuestra diócesis también quiere estar a la altura de esta misión. Cada comunidad, cada persona, ha colaborado activamente desde siempre en esta solicitud eclesial. Se ha alentado y acompañado a algunos cristianos que, dejando a su familia, han marchado a tierras lejanas para servir a las comunidades más pobres. Desde aquí se ha intentado fomentar vocaciones misioneras y se ha participado en las diversas campañas para rezar y para ayudar económicamente a quienes más lo necesitan. Quede constancia de la generosidad y del subsiguiente agradecimiento diocesano a los hombres y mujeres del pasado y a los que ahora todavía continúan en tierras de misión.

 

El lema del presente año insiste en el compromiso y participación de todos nosotros que habitamos en unas zonas del mundo muy estables y acomodadas; con problemas de índole diversa pero sin carencias estructurales serias en el campo de la educación, salud, seguridad o servicios sociales. Existen comunidades muy pobres y en algunas aún no conocen a Cristo. Estamos obligados a prestar ayuda material y humana. Debido al mencionado Mes Misionero se han multiplicado las actividades con ese referente universal. Aunque el centro está en este domingo, participad y enriqueceos de la experiencia misionera que se ha organizado para todo el mes.

 

Con mi bendición y afecto.

 

† Salvador Giménez Valls. Obispo de Lleida