El Obispo Salvador abrió el pasado jueves 23 de septiembre el ciclo de tres charlas organizadas por el IREL para reflexionar sobre la sinodalidad en la Iglesia que organiza con motivo del Sínodo convocado por el Papa Francisco con la conferencia 'La sinodalidad en el Concilio Vaticano II'.

 

El Obispo Salvador empezó con una explicación del momento histórico de celebración del Concilio Vaticano II. "La Iglesia vivía un momento de apertura", en un contexto marcado "por una crisis de transmisión de la fe, y de distancia entre el mundo social y la iglesia".

 

Destacó que la intención de los padres conciliares era "buscar la manera de renovarse para ser más conformes al evangelio". Y añadió que el concilio puso de manifiesto que "la Iglesia no fue convocada para dominar sino para seducir". Añadió “la clara apuesta por la paz y la justicia social".

 

El Obispo Salvador hizo una breve explicación del contenido de las resoluciones del Concilio, sus cuatro constituciones, los nueve decretos, las tres declaraciones, el discurso de apertura del Papa Juan XXIII y el discurso final de Pablo VI. Explicó que las consecuencias del Concilio han sido interpretadas durante años como una "reforma cultural, social y religiosa. Es un acontecimiento en el tiempo y en el espacio". En este sentido añadió que "la palabra y el concepto de sinodalidad están siempre en el corazón de toda la obra del concilio".

 

En relación con el concepto sínodo destacó que el "Sínodo es tan antiguo como la misma iglesia. La iglesia y sínodo son sinónimos". El prelado hizo un resumen de los documentos del Concilio que hablan sobre comunión y conciliación. Entre otros destacó que la constitución 'Lumen Gentium', establece "la naturaleza y el misterio de la Iglesia en clave de comunión". En este sentido añadió que la 'Chistus Dominus' destaca la relevancia de la iglesia particular dando mucha importancia al Consejo Presbiteral y al Consejo Pastoral.

 

Recordó que la constitución 'Gaudium te spes' establece que "la alegría y la esperanza del mundo es la alegría y la esperanza de la Iglesia". También citando la 'Gaudium te Spes' añadió que "la Iglesia tiene mucho interés en no vivir en una burbuja", recordando la voluntad "de interpretar los signos de los tiempos a la luz del Evangelio". "Los católicos andamos juntos, pero vamos juntos con toda la humanidad", dijo.

 

Y citando una frase de la 'Lumen Gentium' añadió que "practicar la sinodalidad es la manera de ser sacramento de salvación". Recordó otros temas que abordó el concilio como "el ministerio jerárquico, la colegialidad y la participación de los laicos".

 

En relación con la toma de decisiones recordó la 'Lumen Gentium' cuando dice que "toda la Iglesia es sujeto de sinodalidad". Añadió que "una iglesia sinodal es una iglesia participativa y corresponsable". "La Iglesia trabaja por un estilo propio de participación y creando estructuras que hagan visible el camino sinodal. Es invitada a reflexionar con el fin de que las decisiones sean conformes a la voluntad de Dios", afirmó.

 

"Nuestra diócesis tiene que andar también en esta dirección, hace falta que la formación de todos sus miembros sea la adecuada para dar una respuesta sensata a los retos que plantea hoy, nuestra sociedad. Formarse no solo para adquirir nuevos conocimientos sino para actuar responsablemente en el seno de todas las comunidades cristianas", afirmó.