Arbeca, en la diócesis de Tarragona, empezó el 13 de agosto su Fiesta Mayor, homenajeando a quién fue su alcalde y médico, el Beato Marià Mullerat en el día de su fiesta. Este médico y beato, ejerció la medicina también en les Borges Blanques y la Floresta, en la diócesis de Lleida, donde se celebra su memoria.

 

El acto central fue la celebración de la Misa en la parroquia de San Jaime de Arbeca, a los pies del impresionante retablo dedicado al Apóstol, obra del escultor Jaume Perelló. En la iglesia se reunieron unas ochenta personas, todas ellas con la mascarilla preceptiva por el Coronaviris y respetando la distancia recomendada. La familia del Beato, encabezada por su hija Adela Mullerat residente en Lleida, acompañada por sus hijos, nietos y sobrinos, asistieron a la que era la Misa de la segunda fiesta del Beato celebrada en Arbeca, coincidiendo con el 84 cumpleaños de su martirio, ocurrido el 13 de agosto de 1936.

 

El rector de Arbeca Lluís Noguero evocó en su homilía la vida y testimonio de Marià Mullerat, recordando que había estado alcalde desde 1924 al 1930: “En este período, alterna las responsabilidades municipales con las de médico titular. Era muy respetado y trabajó a favor de una convivencia en paz entre sus conciudadanos, impulsando acciones de progreso en los diferentes ámbitos, también en el religioso”.

 

El rector explicó cómo el beato Mullerat no tuvo miedo de morir por Cristo y sus hermanos. Haced memoria de aquel 13 de agosto de 1936, cuando el médico de Arbeca fue sacado violentamente de su domicilio y junto con cinco detenidos más, fue llevado “al Pla”, a unos 3 kilómetros de distancia del pueblo, donde fue muerto por odio a la fe. Tenía 39 años. En este lugar hay una cruz de piedra que recuerda el lugar del martirio. Años más tarde el pueblo le dedicó la calle Alcalde Mullerat, la misma donde vivió la familia Mullerat. Su Causa de Beatificación fue abierta en 2003 y fue finalmente beatificado a la catedral de Tarragona, el 23 de marzo de 2019.

 

Finalizada la Misa, la familia y todos los asistentes se trasladaron hasta la capilla de los Santos Médicos Cosme y Damiàn, erigida por la familia Mullerat en los años 40, donde hay un cuadro con la fotografía del alcalde, médico y ahora beato Marià Mullerat. Allí se hizo una plegaria, pidiendo su intercesión por la erradicación del la pandemia: “Que el médico Mullerat nos libere de esta enfermedad y nos cure a todos”, dijo el rector de Arbeca.