Los niños y niñas de la parroquia de Artesa de Lleida están preparando la jornada de la Infancia Misionera. Participarán, acompañados por sus padres y catequistas, en la Feria Misionera que tendrá lugar este sábado, 25 de enero. Para ir bien motivados invitaron a una misionera.

La hermana María Jesús Marco compartió con ellos y sus padres su vida como misionera en Latinoamérica durante más de 30 años. Con una explicación llena de anécdotas los niños se pudieron hacer una idea sobre cómo es la vida de una misionera. Aunque trabajó en comunidades de Argentina, Brasil y Ecuador, la hermana María Jesús centró su trestimonio en la época que le tocó vivir en este último país.

Su vida misionera ha estado principalmente ligada a la educación de los niños en situaciones de riesgo. María Jesús explicaba que ha visto mucha miseria y mucho dolor, pero que no cambiaría su vida por nada del mundo. También ha visto la alegría de aquellos que no tienen nada material, pero que ponen todo lo que son al servicio de los demás. Ésta, decía la hermana, es la clave de la felicidad: servir a los demás y encontrar en su felicidad la nuestra propia.

Los niños y niñas de Artesa de Lleida han conocido una realidad diferente. También han descubierto que no es preciso ser mayor para ayudar a los demás. Ciertamente aún son pequeños para ser misioneros lejos de casa, pero ya pueden poner en práctica las actitudes de un misionero: preocupación por las personas que tenemos cerca, la plegaria por ellos y también por las personas más lejanas, y compartir lo que tenemos y somos.