Del día 4 de Abril hasta el día 11 se celebró la peregrinación oficial de la diócesis de Lleida presidida por el Pastor y Obispo de la diócesis de Lleida Monseñor Salvador Giménez Valls. En esta peregrinación participaron...

los sacerdotes diocesanos el padre Joan Ramon Ezquerra y Padre Santiago F. Mataix y un grupo de peregrinos de la diócesis y otros Sitios de la geografía de Catalunya.

Los primeros días de la peregrinación visitamos la ciudad Santa de Roma. Concretamente, las Basílicas Mayores de San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y por último San Pablo Extramuros.

Nuestro Obispo Salvador nos acompañó los tres primeros días hasta el miércoles día 6 de Abril, día en que con mucha alegría participamos, en la plaza de San Pedro del Vaticano, de la audiencia del Santo Padre Francisco. El Papa nos dirigió unas palabras entrañables sobre la misericordia, como era de esperar. Pasamos por las diferentes Puertas Santas de las Basílicas donde orar y tuvimos las celebraciones de la Eucaristía. Algunos pelegrinos aprovecharon para recibir el sacramento de la Penitencia, como se recomienda para obtener la indulgencia plenaria del Jubileo de la Misericordia.

Después de estos cuatro días en la ciudad Eterna, continuamos nuestro Peregrinación. Pasamos por Nápoles, que durante mucho tiempo fue de la Antigua Corona de Aragón. En su Catedral, dedicada a la Asunción de la Virgen, y donde se conservan las reliquias del primer Obispo San Genaro, celebramos la Eucaristía. Después llegamos a la ciudad de San Giovanni Rotondo donde visitamos los lugares del gran Santo y Apóstol de la confesión, San Pío de Pietralsina.También hicimos una Visita al santuario Cueva del Monte Sant'Angelo, donde según la tradición se apareció el arcángel San Miguel, es un lugar privilegiado.

Los últimos dos días de esta Peregrinación Diocesana visitamos el santuario Basílica de Loreto, donde se conserva la caseta de Nazaret, donde el arcángel San Gabriel anunció a María que sería la Madre del Salvador. Es, sin duda, un lugar muy entrañable para todos nosotros, hijos e hijas de María. 

Quisiera terminar esta sencilla crónica para recordar que el último día visitamos la ciudad del gran Apóstol de la Paz, San Francisco de Asís. En la Basílica se conserva su cuerpo, así como el de Santa Clara de Asís. Pudimos ver también la Basílica de los Ángeles, o se encuentra la capilla de la Porciúncula.

No quisiera olvidar a todos los que han participado y ayudado en las tareas que han hecho posible este viaje, tan digno y precioso: ocho días de júbilo, de fraternidad, entre los miembros de este pequeño grupo, en este Año Santo de La Misericordia y que siempre perdurará en nuestros corazones.

Mn. Santiago Mataix Gabaldón