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Ayudando a vivir (Obispo Joan)
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Fecha publicación: 
Dom, 09/23/2012
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 Un Doctor para la nueva evangelización

 El próximo día 7 de octubre el Papa Benedicto declarará Doctor de la Iglesia universal a San Juan de Ávila (siglo XVI), nacido en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) que es ya patrón del clero diocesano y, a pesar de haber pasado tanto tiempo entre él y nosotros, sigue siendo un referente por muchos motivos en unos momentos en que volvemos a sentir con fuerza la urgencia de evangelizar. Juan de Ávila nos ofrece el testimonio de un cristiano convencido que recorre ciudades y pueblos predicando el Evangelio de Jesús (el 'Dios humanado', como él dice). Vivió predicaciones muy fructuosas y, a la vez, acusaciones de la Inquisición sin ningún fundamento que lo llevan a pasar dos años en la cárcel de Sevilla. Allí madura su conocimiento y experiencia del misterio de Jesucristo, que es lo que centra después toda su vida y actividad, y empieza a escribir su obra más importante, el tratado de vida espiritual "Audi, filia".

 En un contexto religioso y cultural complejo y plural y con grandes sectores descristianitzats, genera una original manera de diálogo y de exposición de la fe con referencias a la vida de cada día y, sobre todo, con un riguroso testimonio de vida que ha sido su mejor aval. Además de muchos escritos, ofrece personalmente un extraordinario servicio de acompañamiento. Se ha dicho que quizás haya sido la persona más consultada de su tiempo y es muy conocida su influencia en santos y escritores espirituales: fray Luis de Granada, Francisco de Sales, Alfonso M. de Ligorio, la escuela sacerdotal francesa del cardenal Bérulle, Ignacio de Loyola, Tomás de Villanueva, Juan de Ribera, Pedro de Alcántara, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz y otros.

 La declaración del Doctorado de Juan de Ávila coincide con el Año de la Fe que los miembros de la Iglesia católica vamos a iniciar el once de octubre, 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.

 Hay que vivirlo como un momento de gracia y de compromiso para una conversión a Dios cada vez más plena, para iluminar de manera más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo (cfr Porta Fidei, 2). Todos los bautizados somos invitados en este Año de la Fe a redescubrir y "compartir lo más valioso que tiene el cristiano: Jesucristo". En este sentido, mirándonos a San Juan de Ávila, podemos favorecer el encuentro con Cristo mediante el testimonio de un hombre de fe que, entre otras cosas, cuando recibe el sacerdocio ministerial (año 1526), ​​festeja la celebración de su primera misa solemne sentando a los pobres a la mesa y repartiéndoles su cuantiosa herencia. Y después, vive muy pobremente dedicado a la oración, al estudio y a la predicación de pueblo en pueblo, instruyendo e ilustrando en la fe cristiana y explicando sus contenidos a jóvenes y adultos de toda clase social. Pero, sobre todo, trabajando de manera preferente en la mejora de la formación de los sacerdotes, fundando colegios mayores y menores, que han sido los precedentes de los actuales seminarios.
Todos somos invitados a profundizar en la persona y en los escritos de San Juan de Ávila y a dejarnos interpelar por sus enseñanzas y por su testimonio.

 Recibid el saludo de vuestro hermano obispo,

 + Joan Piris Frígola, Obispo de Lleida