Los restauradores José A. Ferrer y Lluís Capdevila están ultimando estos días la restauración del tabernáculo o “paso” que hace de peana a la imagen de la Virgen de la Soledad, que la noche del Viernes Santo cierra la Procesión del Santo Entierro en Lleida. La Congregación de la Sang encargó esta labor, que se ha llevado a cabo en el interior de la iglesia de la Sang, rodeados del resto de pasos de la procesión. Deben dejar listo el tabernáculo antes del 25 de marzo, cuando la iglesia de la Sang, y por tercer año consecutivo, abrirá las puertas para exponer el magnífico conjunto de pasos que conforman la Procesión.

Las labores de restauración han consistido, tal y como explican los dos restauradores, primero en limpiar la suciedad acumulada a lo largo de los años, extrayendo las ampliaciones de pintura y barnices de las motduras que adornan el paso. La mayoría son de madera talladas por Ramon Borràs en 1930, pero las que hay delante y detrás del paso son de metal. Ha sido necesario reparar las molduras dañadas, rehacer los fragmentos que se habían perdido y dorarlo nuevamente con 2.500 hojas de pan de oro para poder recuperar su policromía original.

Esta próxima Semana Santa de Lleida, la Soledad de la Sang tendrá un especial protagonismo, ya que la Virgen también lucirá el manto recientmente restaurado.