La Catedral de Lleida acogió el domingo 21 de febrero la misa en honor de Nuestra Señora de Lourdes. Este año el tradicional rosario de velas tuvo lugar con los participantes sentados en los bancos y siguiendo las medidas de aforo dictadas por las autoridades sanitarias.

 

La celebración empezó con el tradicional rosario y a continuación se celebró la Misa.

 

El Obispo Salvador en su homilía, unió las lecturas del primer domingo de Cuaresma, el denominado domingo de las tentaciones, con la festividad de Nuestra Señora de Lourdes.

 

"Pedimos a la Virgen María que nos dé un corazón grande para amar a todo el mundo", dijo el Obispo Salvador. Añadió que "no caigamos en la tentación del desaliento, que no busquemos la comodidad, y que estemos atentos con las personas que sufren". "No caigamos nunca en la tentación de bajar la guardia, que estemos siempre preparados para ayudar al pueblo de Dios", dijo. "No podemos caer en la tentación de despreocuparnos de los enfermos, de buscar nuestra comodidad y olvidarnos de ellos".

 

"Vivimos en un momento extraño, hemos participado en peregrinaciones en el pasado y ahora estamos viviendo momentos de soledad, de tristeza y de muerte", destacó.

 

"Todo esto lo ponemos ante la Virgen María, porque nos ayude a no caer en la tentación de despreocuparnos de los otros".

 

El presidente de la Hospitalidad de Lourdes, Ramon Maria Reig, tuvo unas palabras para las personas que han sufrido y sufren la enfermedad en estos tiempos de pandemia.