El Obispo Salvador presidió el miércoles 2 de marzo la celebración del Miércoles de Ceniza a la Catedral de Lleida. En su homilía destacó que en la Cuaresma "reconocemos la fragilidad del ser humano. Recordamos que somos poca cosa, por eso hay que convertirnos y hacer penitencia".

 

El Obispo Salvador reiteró que el marco que nos toca vivir es un marco complicado y recordó la pandemia, el volcán de la Palma y la guerra en Ucrania. El prelado pidió que "la Cuaresma la podemos vivir no solo con el miedo, sino rogando al Señor que nos convierta y hagamos siempre el bien". A continuación, en relación con las lecturas del día pidió que "olvidemos la rutina". Y en la línea que decía San Pablo destacó que es necesario "pedir perdón y siempre buscar la reconciliación".

 

En relación con el Evangelio recordó las bases de la Cuaresma "ayuno, plegaria y limosna". Añadió que "no hagáis nada para gustar a los otros, para sentiros grandes, el Señor os quiere que seáis auténticos y coherentes". Para acabar recordó las palabras del Papa Francisco en esta Cuaresma cuando nos dice que "no nos cansemos nunca de hacer el bien".

 

Antes de la celebración, tuvo lugar un Via Crucis con la participación de la Cofradía de Portants del San Crist de Sant Llorenç.