Pepa Torres ha sido la encargada de dar la bienvenida en el nuevo curso 2020-21 de Cáritas Diocesana de Lleida. Lo ha hecho con la ponencia “Estrategias y retos de la acción social en tiempo de pandemia” en que la religiosa, teóloga y activista ha hecho un repaso exhaustivo de la situación actual y de cómo esta crisis se está ensañando, todavía más, entre la población con mayor vulnerabilidad. Partiendo de la premisa que “ningún ser humano es ilegal”, Torres ha puesto en evidencia, a través de varios testigos que se está encontrando en la vida real, como se está “naturalizando la desigualdad” y ha hecho un llamamiento a la necesidad de encontrar un mercado de trabajo que “no se sostenga en la inmediatez”.

 

Mediante un lenguaje llano y, en algunos momentos, incluso pasional, la religiosa ha desgranado algunas de las consecuencias que se están haciendo visibles a raíz de la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19. Pepa Torres habla de una “sociedad individualizada que ha perdido conciencia social desde la crisis del 2008” y que necesita recuperar la máxima que “toda persona tiene derecho a tener derechos”. Torres también habla de cómo la ética emocional impide superar las adversidades a largo plazo y de la brecha digital, un fenómeno que, a día de hoy, acontece un indicador y un factor plausible de exclusión social por la dificultad de acceso a la red y a las nuevas tecnologías.

 

La ponente ha pedido urgentemente unos servicios sociales menos burocratizados y más accesibles a toda la población, y denuncia la privatización del sistema de salud en unos momentos de máxima complejidad. Apuesta por “soluciones comunitarias a problemas comunitarios” y por un nuevo concepto, la “cuidadania”, que tiene que poner el cuidado de las personas en el centro de la acción. Torres ha acabado su intervención con un mensaje de esperanza, apelando a que “la dimensión espiritual nos puede ayudar a superar esta situación”. La lección inaugural se ha podido seguir a través del canal de YouTube Càritas Diocesana de Lleida.

 

Texto: Departamento de Comunicación de Cáritas Diocesana de Lleida.