El Colegio de la Sagrada Familia celebró una eucaristía en la parroquia del Carme en honor a su fundadora, la Beata Anna Maria Janer Anglarill, presidida por mosén Jaume Pons y con la participación de las Hermanas de la Sagrada Familia de Urgell, la dirección, el profesorado y el alumnado de ESO y Educación Primaria del centro. La comunidad educativa vivió intensamente la ceremonia con imágenes, cantos, plegarias y ofrendas alusivas a la Madre fundadora, y un magnífico acompañamiento musical. La directora Montse Palau, glosó la figura de la patrona del Colegio como un modelo para todos, destacando la heroicidad de su vida y la muerte en olor de santidad, el 11 de enero de 1885.

De un modo didáctico, mosén Jaume presentó a la Madre Janer, que amando a Jesús y a sus hermanos, iba superando las muchas pruebas que sufrió “gastando la vida por vosotros”. “Hoy, Anna Maria Janer continúa siendo una fuente inacabable y las religiosas hallan en ella la enseñanza para darse a los niños y jóvenes que un día formarán una familia.” Por su parte, la hermana Montserrat, Titular del centro, agradeció a los profesores, padres, y toda la comunidad educativa, especialmente a los alumnos "por dejaros acompañar en vuestro proceso de aprendizaje y que vuestro paso por el Colegio sea provechoso para vuestras vidas". El agradecimiento lo hizo extensivo a la parroquia del Carme y a sus sacerdotes.

La celebración terminó con el canto del himno de la beatificación de la Madre Janer. La comunidad educativa continuó la jornada festiva en el Colegio con una chocolatada y actividades lúdico-deportivas. Todas las escuelas, residencias y comunidades de la Sagrada Familia de Urgell, presentes en 11 países del mundo, han dedicado una semana a su fundadora alrededor de la fecha de su muerte para recordarla y extender su carisma.

Anna Maria Janer i Anglarill (Cervera 1800 – Talarn, 1885)  fundó en 1859 el Instituto de Hermanas de la Sagrada Familia de Urgell. De su vida se destacan especialmente los hachos de acogida, de sencillez, de bondad y de amor sin límites a los enfermos, los heridos de guerra, los niños y los huérfanos pobres, los desvalidos, los apestados... Los que la conocían quedaban admirados del amor tan grande que contagiaba. Era para todo el mundo com una madre que ama incondicionalmente. Por amor a Dios servía al hermano.