El pasado sábado 5 de octubre las delegaciones catalanas de Manos Unidas celebraron un encuentro en la Abadía de Montserrat con motivo del 60 aniversario de la organización, que reunió a 500 personas. Querían conmemorar los 60 años de la fundación de la entidad y reiterar su compromiso de trabajo en Manos Unidas a favor de un mundo más justo, porque creemos en la igualdad y en la dignidad de las personas.

 

La jornada empezó con una demostración de danza por parte de l'Esbart Dansaire de Gelida, seguido de una conferencia a cargo de M. Dolores Martin, hermana benedictina de San Benedicte de Montserrat. Martin comentó el papel relevante de las mujeres fundadoras de Manos Unidas, como precursoras de un cambio social liderando un camino de acción, con soluciones rápidas y reales relacionadas con las necesidades de hambre y pobreza.

 

"En Manos Unidas sois contraculturales. Con lo precioso que es y lo difícil que es. Más allá de la indiferencia y de la indignación, habéis optado por la acción. Y con vuestro actuar, posáis el dedo sobre las llagas y las contradicciones de nuestras sociedades", dijo. Añadió que, "los voluntarios y voluntarias, en esta sociedad actual tan súper informada, pero anestesiada, son pioneros y pioneras contraculturales en contra de la indiferencia y visibilizan las necesidades de los otros, especialmente la pobreza de las mujeres". "La gente de Manos Unidas cuida de la dignidad de las personas y no  quiere resignarse a que este mundo, que es el hogar común de la familia humana, siga siendo inhóspito, inseguro e inhumano para un gran número de personas", concluyó.

 

Al acabar la charla, la basílica se llenó con personas vinculadas a Manos Unidas, venidas de toda Cataluña, para celebrar la Eucaristía que estuvo presidida por el obispo de Sant Feliu, Mons. Agustí Cortés y concelebrada por el abad de Montserrat, P. Josep M. Soler y algunos obispos y presbíteros de las diócesis catalanas. El obispo Cortés recordó los inicios de Manos Unidas, donde las mujeres de Acción Católica, mirando el mundo como Jesucristo, cambiaron la forma de actuar y empezaron a luchar contra el hambre en el mundo. Pero, dado que continúa habiendo muchas necesidades, animó a todo el mundo a actualizar esta mirada para seguir trabajando para erradicar el hambre.

 

Ante los 60 años de historia de Manos Unidas, el obispo Agustí propuso hacer una doble mirada: hacia el pasado y hacia el futuro. Hacia el pasado, para dar gracias porque durante 60 años ha mantenido la llama de la fe, porque ha trabajado en favor de los pobres, porque ha creado vínculos de amor y unidad con las personas que favorece. Así mismo, recordó que los miles de voluntarios y miembros de Manos Unidas no son activistas, sino personas comprometidas con el amor de Dios que continúa dando esperanza a aquellos que no la tienen.

 

Después tuvo lugar una comida de hermandad, en la que el Padre Abad manifestó el gozo de la comunidad benedictina para celebrar este cumpleaños a Montserrat, y como todos los monjes encomiendan a la Virgen María la tarea de Manos Unidas.También tomó la palabra Ricardo Loy, Secretario General de Manos Unidas, para felicitar a las Delegaciones de Cataluña por el trabajo que realizan a lo largo del año, que está cambiando la vida de muchas personas.