Diversos
Lloc de naixement: 
Viscarret (Navarra),
Anys naixement-defunció: 
1914 a 1936
Martir / Beat / Sant

Nacimiento de Teófilo

Teófilo vino al mundo el 3 de marzo de 1914 en Viscarret, provincia de Navarra y  diócesis de Pamplona, en el hogar de Francisco y Teresa. Siguiendo la ancestral  costumbre de las familias cristianas de entonces, fue bautizado el mismo día de su nacimiento en la iglesia parroquial de su pueblo, dedicada a san Pedro, apóstol.

También recibió en ella el sacramento de la confirmación el 22 de agosto de 1919 y, donde más adelante, hizo la primera comunión. Su padre murió pronto, en la  epidemia de gripe del año 1918, cuando Martín apenas había cumplido los cuatro años.

 

Características de su pueblo natal

Viscarret es un concejo del valle navarro de Erro. Es un frondoso valle que está poblado de helechos, fresnos, hayas, robles, pinos, castaños... y de otras especies vegetales, que proporcionan al paisaje su espléndido verdor de primavera y verano y sus calidos colores de otoño. Tiene un clima húmedo y frío, con abundantes nieblas en otoño y lluvias y nieves a lo largo del durísimo invierno. El camino francés de Santiago luego de atravesar los Pirineos continúa por este valle. Ya en tierra española, Viscarret es el final de la primera etapa -la que parte de Roncesvalles- y el comienzo de la segunda -la que termina en Pamplona-. Tiene una hermosa iglesia parroquial protogótica, de comienzos del siglo XIII y aún conserva restos de su antiguo y famoso hospital de peregrinos.

A principios del siglo XX la vida del pueblo era tranquila y sin problemas. Sus gentes -algo más de un centenar de habitantes- se dedicaban a la agricultura, a la ganadería y al aprovechamiento de los bosques.

 

Ambiente familiar, sus primeros estudios y su ingreso en el seminario marista

Teófilo estudió las primeras letras en su propio hogar y en la escuela del pueblo. Sus padres de raigambre cristiana y acendrada fe vieron bendecida su familia con la vocación marista de dos de sus hijos -Teófilo y Santiago-. Un primo carnal de Teófilo -Martín José Erro Cilveti- habla ingresado en el Instituto marista unos años antes que él.

Siguiendo los pasos de ese primo, Teófilo ingresó el 21 de septiembre de 1925 en el seminario menor marista de Villafranca (Navarra), de donde pasó al noviciado de Las Avellanas (Lleida) el 14 de septiembre de 1929. En él, tomó el hábito marista el 8 de septiembre de 1930 y recibió como nombre de religión el mismo que habla recibido en el bautismo. En el mismo día del año 1931, emitió los primeros votos temporales. En agosto del año 1936, le correspondía hacer la profesión perpetua, pero no pudo hacerla, debido a las circunstancias políticas que se vivian en España en aquellos días.

 

Su corto itinerario docente

Terminado el noviciado, se preparó para la docencia en Las Avellanas, donde realizó estudios de pedagogía y de otras materias. En septiembre de 1932, fue de profesor al colegio marista san Antonio de Burgos; en agosto de 1935, pasó a la escuela marista de la localidad minera de Barruelo de Santullán (Palencia), en la que se hallaba cuando estalló la guerra civil.

 

Detención y martirio

El 22 de julio de 1936 huyó hacia Burgos junto al H. Egberto pero fue detenido y conducido a Reinosa (Cantabria). El 23 de octubre fue asesinado en el Monte Saja, en Campoo de Suso en compañía del H. Egberto. Sólo tenía 22 años, 7 meses y 20 días de edad. Sus restos mortales reposan en el cementerio municipal de Reinosa.

 

Su perfil religioso y educativo

Era un hombre sencillo, espontáneo, franco y abierto. Se mostraba muy edificante en los rezos y en los demás ejercicios de piedad: destacaba en ellos por su tono de voz, su compostura y su actitud, que incitaban a los demás a la oración. No se distinguió por ser un hombre de gran talento, pero su consagración por entero a la misión que le habla sido encomendada hizo de él un dechado de generosidad y de entrega. Compartir los trabajos con los demás, ayudar a todos e interesarse por las cosas del colegio eran acciones concretas que parecían llenarlo de satisfacción. A pesar de su juventud, consiguió atraerse el aprecio de los hermanos, que lo querían entrañablemente y se sentían a gusto en su compañía. Sus alumnos lo apreciaban y lo respetaban, tanto en Burgos como en Barruelo, los dos únicos lugares en los que ejerció el apostolado, siempre destacó por su espíritu de piedad y de familia, por su amor al trabajo y por su entrega apostólica.

                                                                                                                Benigno Gil