Laic / Laica
Martir / Beat / Sant

Es la única mujer que presenta este proceso. Por otra parte, quizá sea el caso más claro de muerte por martirio.

Nació en Alfarràs, hija de Francisco y de Antonia, el 17 de marzo de 1876. Allí mismo fue bautizada. Era viuda de Francisco Figuera Aige, con quien se casó, también en Alfarràs, el 8 de septiembre de 1897. Tuvieron dos hijos, que fueron misioneros jesuitas en la India. En la parroquia hacía catequesis y practicaba la caridad. Muy valiente y decidida. Vivía pobremente.

Llevaba siempre en el cuello un crucifijo que nunca se quitaba, ni siquiera en aquellos momentos en que podría comprometerla. Cada día, antes de su trabajo, iba a Misa. Cuando en el pueblo no la había, se desplazaba a los pueblos vecinos. Al decir de la gente, su vida era una vida santa.

Era el 25 de febrero de 1937 –tenía entonces 60 años–, la detuvieron por la tarde, la llevaron a casa de unos parientes, casa que el Comité había incautado un tiempo atrás. Desde la calle oía la gente los gritos de Antonia. ¿Qué pasaba? Murió ahogada por el mismo crucifijo que llevaba al cuello, y que los milicianos le clavaron en la boca. Fue llevada a la carretera de Algerri y enterrada bajo un montón de piedras.

La vida fue santa. La muerte ... martirial.