Información patrimonial:

 

La iglesia parroquial de la Virgen María de la Asunción, ubicada en medio de la población del Soleràs, es un edificio construido entre 1798 y 1804, de estilo neoclásico, a pesar de que con rasgos barrocos a la fachada. Todos los muros del edificio son hechos con piedra carreuada y la cubierta es de teja arábiga dos aguas. A la fachada lateral derecha hay un pasillo de ventilación que va hasta la fachada posterior, denominada "joqueret".

 
Destaca la fachada finamente carreuada formada por un cuerpo central, con el portal, y dos cuerpos laterales. El cuerpo central consta de la portalada, toda moldurada y con arco de medio punto, flanqueada por dos columnas de fuste toscano y capiteles compuestos que sostienen un grueso entablamento sobre el cual reposa una hornacina con la imagen de San Domènec. Encima del conjunto se abre un rosetón y una cornisa semicircular precede el alero que remata la fachada. Los dos cuerpos laterales, que enmarcan el cuerpo central, son formados cada uno por dos pilastras lisas con un prominente entablamento final. Encima sienta, las pilastras se prolongan hasta el motón y el alero. El acceso en el portal tiene lugar por una pequeña escalinata de piedra a los pies de la cual hay la plaza de la iglesia donde destaca la presencia de una fuente del tipo Barcelona. Esta fuente, reposada el 2003, es la única que resto de las nueve que se instalaron en el pueblo el 1910 y que se suprimieron mayormente al pavimentar las calles, el 1963.
 
A la izquierda de la fachada se levanta la tueste campanario de base cuadrada y sección octogonal a partir de los vértices. Se conserva toda la maquinaria del reloj antiguo y en lo alto es coronado con una veleta. El interior de la iglesia, es de planta basilical de tres naves siendo la nave central cubierta con vuelta de cañón con arcos torales y lunetos y las dos laterales con vuelta de arista. Entre nave y nave se levantan gruesos pilares de piedra, todo y la escayolada actual, rematados por capiteles decorados con motivos vegetales de donde arrancan los arcos de medio punto entre los cuales se ven las vueltas de arista. A las naves laterales hay siete altares barrocos con retablos más recientes, y dos más al presbiterio. Junto a la epístola hay una pequeña capilla dedicada al sagrado coro, hecha de nuevo, con una rueda de molino como altar. El altar mayor está dedicado a la Virgen y los patrones de la población, santos Gregorio y Domènec. Los muros son policromados y el pavimento, de mosaico. A los pies de la iglesia hay el coro.
 
El antiguo retablo barroco del altar mayor, talmente como el resto, fue destruido en 1936, pero el 1955 fue reposado a imagen del anterior, obra del escultor leridano Ramon Borràs y su hijo y con decoración de Juan Ripoll y Luciano Oliva. Actualmente en la iglesia hay 33 imágenes. A la sacristía se conserva una colección de casullas y otros elementos litúrgicos.
 
 
Costumbres y tradiciones:
 
Por san Antonio Abad se hacía una gran fiesta, con la bendición de animales y la fiesta general del mundo del campesinado.
 
Por la Candlaria, el día 2 de febrero, se iba a buscar la candela bendita, que además de usarla, como en otros lugares, para deshacer la tormenta, encendiéndola cuando la broma venía, diciendo la oración a santa Bàrbara. También se practicaba esta devoción para implorar la curación de un niño enfermo.
 
Por san Blas, 3 de febrero, se bendecían los alimentos, que después se comerían para guardarse de dolor de garganta, pero se guardaría una manzana para comerla el día 25 de marzo, fiesta de la Virgen María de Marzo, la cual serviría para guardar a las mujeres de «flujo blanco», es decir, de pérdidas malas.
 
El día 29 de abril, fiesta de san Pedro mártir, se bendecía el «brote», o sea, brotes de ramas de olivo, que después se plantaban al trozo, para salvaguardarlo de granizadas, fuego u otros, es decir, para guardar y garantizar la cosecha.
 
Por Santa Cruz se bendecía el término, para guardarlo de cualquier acontecimiento malo, piedra, fuego, saltamontes, oruga o cualquier otro. También se bendecía la balsa del pueblo, a fin de que el agua no fuera nunca mala. La bendición se hacía siempre desde el punto más alto del pueblo.
 
En Semana Santa se hacían los oficios típicos de todo las Garrigues; también se cambiaba el agua de las olivas, así como recoger doce piedras cuando tocaban a gloria el Sábado Santo. Pero una cosa a destacar de esta población era que una mujer, mientras tocaban a gloria el Sábado Santo, además de recoger las piedras de la calle, para echarlas a la broma en día de tormenta, salía con un mortero a tocar en la calle.
 
Al llegar el 23 de octubre se empezaba la novena por las almas del Purgatorio, en el cual había prédicas por parte de frailes venidos especialmente por este motivo, que ponía de relevo el sufrimiento de las almas que hay al Purgatorio, presentando muchos y tétricos ejemplos. Pero una de las cosas a destacar son las canciones o coplas que se cantaban.
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