La lectura de los Hechos de los Apóstoles que leímos el Domingo de Pentecostés, hablaba de cómo el Espíritu ilumina la mente de las personas que escuchaban los Apóstoles, de tal manera que, habiendo en Jerusalén personas de muchos orígenes y lenguas todos entendían lo que los discípulos predicaban.

Un hecho similar vivimos en la Iglesia de Maials durante la misa de aquel domingo. Una familia africana, de Costa de Marfil concretamente, participó en la Eucaristía con sus parientes y amigos, aportándonos sus ritos con cantos y danzas a la hora del ofertorio. Estábamos congregados gente de habla diversa: castellano, francés, catalán y senegalés.

Pero eso sí, unidos por un solo lenguaje, el de la Fe. Fue una vivencia muy enriquecedora. Pudimos captar cómo la fuerza del Evangelio llega a todas las culturas y se manifiesta de múltiples maneras.

Gracias familia Kpan por su regalo.