Lleida ha vivido con especial emoción y solemnidad el Viernes Santo, día en que se concentra gran parte de la liturgia de la Semana Santa. La mañana se ha iniciado con la procesión del Vía Crucis, que se ha celebrado en varias parroquias de la ciudad.

El camino del calvario se rememora con especial devoción con el Vía Crucis del Arciprestazgo de Lleida, que ha reunido centenares de personas en su recorrido desde la parroquia de Santo Martí a la Seu Vella.

Las imágenes del Cristo de los Costaleros de Sant Llorenç y la Virgen María de la Piedad “la pequeña”, de la Cofradía de la AVV de Jaume I, han acompañado la procesión matinal de Viernes Santo, haciendo las 14 estaciones del camino del Calvario.

La imagen de La Piedad ha sido llevada a hombros por las mujeres de la Cofradía.



La madrugada del viernes, la Cofradía de la Casa de Aragón inició la tradicional Rompida de la Hora, en la plaza del Escorxador, con redobles de tambor y bombos, para participar después en la procesión del Silencio, que también empezó a las doce de la noche.

El viernes por la tarde se ha celebrado el Oficio de la Pasión del Señor a la Catedral Nueva, ceremonia presidida por el obispo Joan. Al atardecer, los tambores y los misterios de la procesión del Santo Entierro han recorrido las calles de Lleida.

La solemne y penitencial procesión ha congregado miles de leridanos que han salido a la calle para ver los trece pasos, encabezados por la escuadra romana de los Armats de la Sang.

La procesión, que ha sido presidida por el obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, acoge la representación plástica de la Pasión y la Muerte de Cristo, con el tabernaculo de la Virgen María de la Soledad, precedida por el Cristo Yacente, que son los pasos más representativos.