Lo que comenzó como una actividad pastoral de la parroquia Mare de Déu del Carme, de Lleida, muy pronto se extendió a todo el arciprestazgo de la "Seu Vella".Más tarde se unió el arciprestazgo "Periferia", y ahora ya participan...

también algunas parroquias de los pueblos de la diócesis. Nos referimos al Víacrucis en Balaguer que cada año tiene lugar el primer domingo de Cuaresma.

Este año ha sido el domingo 5 de marzo, y ha congregado a más de 200 personas (feligreses y sacerdotes) que, bien en autocares o coches particulares, se han desplazado a Balaguer para participar de esta oración que quiere ayudar a vivir intensamente la Cuaresma.

Los peregrinos se reunieron en la falda del santuario y fueron subiendo por la montaña del Calvario hasta llegar a la basílica-santuario del Santo Cristo, recorriendo las estaciones del viacrucis que hay en la montaña. Como siempre, el vía crucis ha sido una oración y meditación sobre la Pasión y Muerte de Jesucristo, muy bien preparado por la parroquia de la Mare de Déu del Carme, y con unas voces que invitaban al recogimiento, la meditación y la oración, y que los peregrinos pudieron seguir por la megafonía instalada para la ocasión. Mn. Joan Mora invitó a todos a hacer el víacrucis como peregrinación hacia la Pascua.

Una vez en el santuario, todas las intervenciones se centraron en el encuentro personal con Cristo. El rector del santuario, Mn. Pau, dio la bienvenida a los asistentes y los invitó a convertirse al Señor y ser personas de oración para que Cristo venga a cada uno. Por su parte, las hermanas Clarisas recordaron la leyenda de la llegada del Santo Cristo a Balaguer, por medio de una danza que motivaba al encuentro con Cristo. Los asistentes aplaudieron la representación. El obispo Salvador, que presidía la peregrinación, felicitó a las parroquias por unirse para realizar actividades conjuntas, y las animó a ser parroquias acogedoras que no se cansen nunca de anunciar a Cristo y su mensaje. El víacrucis acabó con el rezo del Padrenuestro y la bendición por parte del obispo Salvador.

A continuación, los peregrinos subieron al camarín del Santo Cristo para venerar la imagen.

Conchita López Torres