Cinco familias que entraron hace tres años en los Hogares del Seminario ya han podido marchar. Para saber más, os dejamos con este escrito de Montse Clavería, directora de los Hogares del Seminario.

 

Describir con palabras, vivencias, sentimientos y emociones acumuladas en tres años, fácil no es. A momentos no existen o no encontramos palabras para describir lo que sentimos. Nos conocimos el año 2015, ahora fue la despedida que no significa el olvido. Tampoco es fácil despedirse y se mezclan emociones contradictorias... en definitiva es realmente un nuevo comienzo para todos nosotros.

Las cinco primeras familias que coincidieron en el inicio del proyecto de los Hogares del Seminario ya han marchado, ya no residen en la calle Maragall núm. 5. Juntos en una última encuentro intentamos describir la vida de tres años, aquellas cosas positivas y aspectos a mejorar. Como habían repercutido personalmente y familiarmente estos tres años en nuestras vidas, como pensaban que lo habían vivido sus hijos, y cómo lo vivíamos nosotros desde la firma de la cesión de uso de una vivienda de los Hogares y ahora el momento de dar por terminado este compromiso. Siempre la opinión de las familias que viven en los Hogares es importante para el equipo de voluntarios y la trabajadora social, que acompañamos sus procesos vitales, velamos por las instalaciones, por los recursos, para acoger propuestas de los residentes y proponer actividades de convivencia, conocimiento de culturas diferentes, la individualidad de cada persona ... No, no fue fácil el último encuentro con este grupo de familias. La emoción afloraba y el encuentro conjunto con ellas, del presidente de la Fundación y conmigo misma, fue ..., fue ... me faltan palabras!

Por eso comparto expresiones que entre todos fuimos diciendo, aspectos como: la riqueza de la relación entre vecinos, las reuniones de la comunidad, la confianza, las actividades conjuntas como manualidades, cenas, costura, grupo de mujeres, salidas culturales, compartir el uso de las lavadoras comunitarias, mantenimiento de la escalera y portal, saber que podían contar con ayuda, interculturalidad: el descubrimiento que en el fondo todos somos bastante iguales pero con diferentes costumbres, el apoyo inestimable de la trabajadora social, la atención a actividades de los niños, el tema económico, adquirir más habilidades sociales como el compromiso, la puntualidad, expresarse y ser escuchado, escuchar y llegar a consensos, la tranquilidad de sentirse seguros y como había repercutido en sus hijos, ayuda a disciplinarse y abrirse a los demás ...

Cierro los ojos y aquel sueño que comenzó el verano de 2015 con las primeras cinco familias acogidas en los Hogares del Seminario, se ha convertido en realidad, salen más empoderados y fortalecidos. La vivencia que otra manera de convivir es posible extiende y allí donde estas familias han ido con mucho esfuerzo, podrán aplicar lo que ya conocen y han experimentado.

Me vienen las imágenes de cuando en 2015 comenzaron firmando el acuerdo de cesión de uso de cada piso y cuando ahora en 2018 nos hemos despedido ... me vuelven menos palabras. Ellos aman el Proyecto de los Hogares del Seminario y, con el grupo que se ha creado de expresidentes de los Hogares, compartiremos como les va ahora que ya han podido volar, en una cena, como no!

Y se convertiran en voluntarios testimoniales de su experiencia con los nuevos vecinos que próximamente entrarán en la comunidad. Yo solo quisiera expresar el agradecimiento interior que siento de poder formar parte de esta historia de justicia y amor.

Montse Claveria Quintillà