Taller sobre "educación emocional" Los acogedores de prometidos han realizado, recientemente, un taller sobre educación emocional en la sede de la Delegación de Familia y Vida. Conscientes de la importancia que tiene el conocimiento de

las propias emociones en las relaciones interpersonales -también dentro del matrimonio-, su objetivo ha sido conocerlas para entenderlas y saber qué hacer con ellas.

También, formarse para poder, así, ayudar al diálogo entre los novios que se preparan para recibir el sacramento del matrimonio. La conductora del taller, Marta Macarulla, Psicopedagoga y Máster en Educación Emocional, ha hecho que las cinco horas que ha durado el mismo fueran una experiencia de lo más gratificante y motivadora.

En el mundo que vivimos las relaciones interpersonales son cada vez más complejas. La mera presencia de una persona ante otra, incluso su ausencia, no nos deja indiferentes.

Todos experimentamos una serie de reacciones, que llamamos emociones, la trascendencia de las cuales llega a provocar cambios importantes y significativos en nuestra trayectoria vital. De igual modo, dentro del matrimonio, familia ... concurren una serie de factores que hacen de estas relaciones, y de las emociones que resultan, unas experiencias únicas y excepcionales.

Ante esta realidad, es del todo necesario que las personas de hoy lleguen a poder conocer el alcance de sus emociones, lo que las genera y cómo lo hacen, cómo actúan sobre uno mismo y cómo repercuten sobre los demás.

Emociones que generan sentimientos, y sentimientos que desarrollan afectos (lo que nos afecta, que nos produce una afección, que no nos deja indiferentes porque ha establecido en nosotros todo un sistema de aferencias hacia aquella circunstancia que las ha provocado).

De la misma manera hay que considerar la acción de nuestras emociones en la vida de la pareja. Es de la máxima importancia el conocerse, saber de dónde viene lo que nos pasa, saber qué hacer con lo que experimentamos, captar la reacción que provoca en el otro y comprenderla.

En definitiva, es necesario saber gestionar nuestras emociones y su influencia en las relaciones que mantenemos.