Los armados, los penitentes y los misterios que subrayan los dolores que sufrió María en conocer el destino de su Hijo, con la imagen final de la Dolorosa, recorrieron las calles de Lleida como ya es tradición la tarde del Domingo de Ramos. Miles de leridanos presenciaron esta propuesta que forma parte de la tradición y la devoción de la Semana Santa.

El obispo de Lleida presidió la procesión en compañía del alcalde, Ángel Ros, y de varios miembros de la corporación municipal, así como del prior de la Real y Venerable Congregación de Nuestra Señora de los Dolores de Lleida, Fernando Gràcia, que es la congregación organizadora  de la Semana Santa.

La procesión se inició en el Oratorio de los Dolores, en la calle Cavallers, y estuvo formada por diferentes pasos en representación de los siete Dolores de María, las túnicas de las respectivas cofradías, los penitentes, los populares portadores de San Lorenzo y el tabernáculo de la Virgen.

 

La escuadra romana de los Armats de los Dolores abrieron la comitiva, seguida de los doce pasos: el Guión de la Congregación y la Cruz Dorada de los Dolores; el paso de la "representación de Jesús en el Templo" (primer Dolor); el paso de la "Huida a Egipto" (segundo Dolor); el paso de "Jesús entre los doctores del Templo" (tercer Dolor); el paso del "Santa Cena" y el paso de "La Oración en el huerto"; el paso "Del Nazareno" (cuarto Dolor); el paso de "Cristo en el Calvario" (quinto Dolor); el paso del "Cristo Crucificado"; el paso de "La Piedad" (sexto Dolor); la "Cruz de los Improperios"; los Penitentes; el paso de la "Soledad de María" (séptimo Dolor) y, finalmente, el paso de la Congregación de los Dolores junto con la Virgen de los Dolores.

Este año el recorrido resiguió las calles Cavallers, Av. Blondel, Av. Catalunya, Lluís Companys, Unió, Templers, Academia, Alcalde Costa, Av. Catalunya y Sant Antoni para volver a la calle Cavallers.

Como el oratorio está cerrado por unas reformas que deben llevarse a cabo, este año la reverencia del paso de la “somereta” a la Virgen de los Dolores, que se acostumbraba a hacer en el interior del templo, se hizo en la calle de la Vila de Foix, encarado a la Catedral Nueva, para continuar el recorrido hasta el Oratorio, en la calle Cavallers.

La procesión de los Dolores y la bendición de las palmas, así como la procesión de la “Somereta” en el barrio de Pardinyes, fueron los actos centrales de la jornada, la primera de la Semana Santa en Lleida, un programa organizado por el Secretariado de Congregaciones, Cofradías y Hermandades de la Diócesis de Lleida.