Un total de 600 cantantes de 31 corales de Cataluña se dieron cita el pasado domingo en la capital del Segrià para participar en la octava edición del Lleida Canta que transcurrió por cinco partidas: Butsénit, Rufea, Mariola, Copa d’Or y Grenyana.

En esta ocasión, además de ser un encuentro para conocer el territorio y de hermanamiento con otras corales, tuvo un carácter solidario porqué lo que sobró de la comida se ha entregado a La Botigueta de Arrels y las bebidas, a las familias de los Hogares del Seminario (Llars del Seminari).

Se trata de una actividad única en Cataluña que ya se ha convertido en un referente y en esta ocasión, se ha mostrado la realidad social, cultural, histórica y asociativa de este rico patrimonio verde que rodea la capital del Segrià. El Coro Maristes Montserrat es el motor de esta propuesta agrocultural que añadió teatro y un mercadillo de paradas de proximidad. En cada partida cantaron cinco corales, algunas provenientes de fuera de la provincia de Lleida.

Un total de 17 actores y actrices del Hangar de Magraners, también repartidos por las partidas, explicaron la historia de este lugar tan singular a cantantes y público acompañante, desde la época musulmana hasta la actualidad en las diferentes paradas de la comitiva. El teatro se combinó con las canciones y durante el recorrido los participantes degustaron fruta del territorio. Después, los autocares volvieron al Mercado Central de Frutas, lugar que acogió la comida de hermandad de unas 900 personas.

Otra de las novedades de esta edición fue que el canto común se interpretó en la sobremesa. El anuncio del Lleida Canta del año próximo puso el punto y final de la jornada, la novena edición será en el Delta del Ebro i por primera vez este encuentro se llevará a cabo fuera de nuestra provincia.

Han organizado esta actividad cultural y de promoción turística, el coro Maristes Montserrat, la Federación Catalana de Entidades Corales, la Paeria y la comisión de la Huerta de la FAV. También han colaborado la Asociación Hangar de Magraners, Jóvenes de la Mariola, Ganadería Pifarré y Colegio Maristes.

El teatro se combinó con las canciones y durante el recorrido los participantes degustaron fruta del territorio. Después, los autocares volvieron al Mercado Central de Frutas, lugar que acogió la comida de hermandad de unas 900 personas.