El obispo Salvador presidió el 28 y 29 de septiembre la fiesta litúrgica del Beato Francesc Castelló y la conmemoración del 80 aniversario de su martirio en la iglesia de Sant Pere y el Cementerio de Lleida respectivamente.

El miércoles 28 de septiembre la iglesia de Sant Pere -que fue en vida la parroquia del Beato y donde tiene un capilla dedicada, así como una Exposición Memorial; acogió la Eucaristía de su fiesta organizada por la Comisión Diocesana para su Canonización.

La Eucaristía fue concelebrada entre otros ocho sacerdotes, por Mn. Gerard Soler; vicepostulador de la Causa de Canonización del Beato, Mn. Joan R. Ezquerra, director del secretariado de la Causa de los Mártires de Lleida y Mn. Manel Mercadé, delegado de Pastoral de Jóvenes.

En su homilía el obispo Salvador se refirió a: "... la emoción con la que habéis venido a rememorar la muerte de nuestro Beato. Podemos pensar que es una mirada al pasado, pero los cristianos la mirada al pasado debe ser siempre una mirada puesta en la vida, en la muerte y resurrección de Cristo ". Hizo una especial mención al extraordinario testimonio del joven mártir, asegurando que "... es más importante el testimonio de vida que las palabras a veces vacías. El testimonio de nuestro Beato debe ser para todos nosotros ejemplo y modelo, con el sello del amor de Dios”. Después de la homilía el obispo Salvador puso al Beato Francisco como modelo de actuación para toda la diócesis de Lleida.

El momento del ofertorio fue sencillo, pero a la vez estuvo lleno de significado y simbolismo. Así el presidente de la Cofradía de "la somereta" de Pardinyes Francisco Seijó, donde el beato Francisco es muy querido y presente, ofrendó en el altar una camiseta con la que los costaleros acompañaron el pasado sábado el paso de la Huida a Egipto por las calles del barrio de Pardinyes, en el 60 aniversario de su fundación. El presidente de la Agrupación Ilerdenca de Pesebristas Ángel León, llevó también hasta el altar la reliquia del Beato, quien también es desde hace dos años copatrón de los pesebristas leridanos. Finalmente una representante de los alicantinos que viven en Lleida, ciudad en la que el Beato nació en 1914, llevó un ramo de flores con la dedicatoria: “Los de Alicante a su Beato”.

Antes de concluir la celebración, el vicepostulador de la Causa de Canonización Mn. Gerard Soler anunció que se habían editado 10.000 estampas del Beato, 5.000 en inglés y 5.000 en italiano, que se distribuyeron entre los jóvenes que asistieron a la XXXI Jornada Mundial de la Juventud presidida por el Papa Francisco el pasado julio en Polonia.

Tres sobrinas del Beato se trasladaron desde Zaragoza, donde residen, hasta Lleida para participar en esta eucaristía. Los gozos y la veneración de la reliquia pusieron punto y final al acto.

Por otro lado, el jueves 29, el obispo Salvador también presidió la misa en la Capilla del Cementerio de Lleida para conmemorar el 80 aniversario del martirio del Beato Castelló. Después se hizo una ofrenda de flores y una oración ante la fosa común donde reposan los restos del Beato y otros mártires leridanos.

El martirio de este joven fiel a Cristo

Enrique Fola, el encargado de una gasolinera que había delante del Cementerio y que era bastante conocido de Francesc Castelló, fue testigo en primera persona de todo lo que sucedió esa noche y así lo testimonió:

"Al llegar a la puerta del cementerio, Castelló y los otros cuatro condenados, fueron obligados a bajar y les hicieron poner uno al lado del otro, con Francesc en medio de ellos. Este estaba tranquilo y sereno, con las manos juntas, una encima de la otra con una posición toda natural, que era característica en él. Sus ojos mostraron plena conciencia de ese momento decisivo. Fijó su mirada con una expresión de amor y de perdón hacia los que formaban el piquete, y alzando la mano derecha les dijo: "¡Por favor, un momento! Os perdono a todos, y hasta la eternidad ". Al dar la orden de fuego, Francisco tenía los ojos alzados al cielo. Sus labios se movían en una oración. Se abrió el fuego y luego, uno a uno, se les dio el tiro de gracia".

El martirio se había consumado, era hacia la medianoche del lunes, 29 de septiembre de 1936. Francesc Castelló tenía 22 años.

Los cuerpos de Francesc y los otros cuatro jóvenes fueron tirados a una fosa común del mismo Cementerio donde aún hoy reposan, junto con los restos de otros mártires y las de 15 beatos también mártires, encabezados por el obispo de Lleida Salvi Huix Miralpeix , beatificados todos ellos el 13 de octubre del año 2013 en Tarragona.

El papa Juan Pablo II, en la homilía de la Misa de beatificaciones del 11 de marzo del año 2001, momentos antes de beatificar Francisco Castelló, dijo: "Nuestros mártires son la prueba más elocuente de la verdad de la fe y ellos son para nosotros modelos de coherencia con la verdad de la fe profesada y honor de su pueblo y de la Iglesia ".