El 31 de octubre de 1278, después de 87 años de su comienzo, el obispo Guillerm de Moncada consagró la Seu Vella dedicándola a la Asunción de la Virgen María.

 

Cuando casi se cumplían los 743 años de esta efeméride y como se acostumbra a celebrar cada último domingo de octubre, la Asociación de Amigos de la Seu Vella de Lleida convocó a los leridanos el 25 de octubre para celebrar el “Día de la Seu Vella” con un programa restringido y con todas las precauciones sanitarias por la Covid 19.

 

La jornada se inició a la nave central de la antigua catedral con la Asamblea General de la entidad. Continuó con la entrega de galardones Seu Vella 2020, la Glosa a cargo de Pere Godoy, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología y la Reconeixença 2020 al maestro campanero Josep Carvajal, en reconocimiento por los más de 30 años en que ha tenido cura de las campanas y del reloj de la torre campanario de la Seu Vella, como de la mayor parte de las campanas de los campanarios de las iglesias de nuestra diócesis.

 

Como no podía ser de un otra manera el Día de la Seu Vella cerró con la Eucaristía celebrada por Mn. Jaume Melcior en sustitución del obispo Salvador Giménez, que no pudo acudir a oficiarla por el confinamiento de la Casa Sacerdotal.

 

Mn. Jaume Melcior en su homilía manifestó la emoción que sentía por presidir la Misa en el altar de la Seu Vella: “...en esta impresionante catedral que los leridanos levantaron para alabar a Dios y a su madre Maria, en el misterio de su Asunción. Una obra hecha desde una profunda fe y por amor a Dios, para alabarlo. Un templo para Dios y para reunir a la familia cristiana de todas las generaciones, pensando sobre todo en la Eternidad. Una Catedral hecha con amor y este amor se transforma en belleza trascendente”.

 

 

En este sentido se refirió al hecho que los leridanos, al levantar la Seu Vella no pensaron ni en el tiempo, ni en resultados inmediatos: “El maestro de obras de la Seu Vella Pere de Coma, como el arquitecto del templo de la Sagrada Familia Antonio Gaudí, sabían que no verían acabada su obra, pero no les preocupaba, todo lo hacían por Dios...”. Mn. Melcior cerró su homilía haciendo dos propuestas a la entidad: la primera de ellas, organizar un hermanamiento entre los dos campanarios más altos de todo el Segrià, el de la Seu Vella de Lleida y el de la iglesia de Almenar, coronado por el ángel: “Ambos símbolos impresionados de fe y ciudadanía dedicados a Maria Asunta”. Aun así propuso que estaría bueno que cuando Lleida recibe a un nuevo obispo y toma posesión de su cátedra a la Catedral Nueva, se celebrara a los pocos días un segundo acto simbólico o una Misa presidida por el obispo entrante en la Seu Vella. Ambas propuestas fueron muy bien recibidas por el presidente de los Amigos de la Seu Vella Joan Ramon González y su Junta.

 

En la plegaria de los fieles no faltó el recuerdo por los enfermos de la pandemia y por sus familias, así como por los difuntos por la Covid 19 y socios de la entidad. También se rogó por la salud del obispo emérito Francesc Xavier Ciuraneta y por el presidente de honor Mn. Jesús Tarragona, que había celebrado todos los años esta Eucaristía del Día de la Seu Vella.

 

La celebración cerró cómo es costumbre con el canto de los bonitos Gozos en Alabanza a la Virgen María del Blau, imagen que presidió la Puerta de los Apóstol de la Seu Vella y hoy venerada en el presbiterio de la Catedral Nueva, interpretados por la Coral Estrella del Círculo de Bellas artes, dirigido por Gemma M. Naranjo, que solemnizó con sus cantos la Eucaristía:

 

Después de la ciudad y la huerta

el nombre de madre os procede;

sednos del Cielo la Puerta,

oh clemente Virgen del Blau”

 

Jordi Curcó