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Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
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Fecha publicación: 
Vie, 03/02/2018

El papa Francisco nos ha escrito un mensaje para la Cuaresma de este año. Os lo anunciaba en el pasado comentario del 11 de febrero para recordar a todos los cristianos el inicio de este tiempo en el que preparamos la gran fiesta de la Pascua.

El mensaje tiene como título un versículo del evangelio de san Mateo: “Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría”, y desarrollaba su pensamiento en una invitación dirigida a los católicos para que puedan vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia; en una alerta sobre los falsos profetas que se dejan fascinar por las lisonjas de un placer momentáneo e inducen a los demás por ese mismo camino; al papa le preocupa que los seguidores de Jesús posean un corazón frío, que apaga la caridad y muestra signos desconsoladores por la avidez del dinero, y se pregunta qué podemos hacer, recordándonos a todos la respuesta permanente para afrontar esa frialdad del corazón: el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno. Explica con brevedad estas tres palabras y acaba insistiendo a los miembros de la Iglesia en la necesidad de emprender con celo el camino de la Cuaresma. El último capítulo lo titula El fuego de la Pascua, y allí anuncia la iniciativa “24 horas para el Señor”, en la que este año nos invita nuevamente a celebrar el Sacramento de la Reconciliación en un contexto de adoración eucarística.

Para toda la Iglesia la iniciativa tendrá lugar el viernes, 9 y el sábado, 10 de marzo, inspirándose en las palabras del Salmo 130,4: “De ti procede el perdón”. En cada diócesis, al menos una iglesia permanecerá abierta durante 24 horas seguidas para permitir la oración de adoración y la confesión sacramental. Así lo haremos en nuestra diócesis. Será en el templo parroquial de san Pedro, situado en la calle Mayor. El acto empezará a las 19 horas del viernes hasta las 19 horas del sábado.

El templo de san Pedro es un lugar privilegiado en nuestra diócesis para esta iniciativa del papa Francisco. Muchos cristianos acuden allí en cualquier momento del día a rezar, puesto que la Exposición del Santísimo es permanente y las puertas se encuentran siempre abiertas. También tiene su sede la Adoración Nocturna para su sesión mensual de oración y para las restantes actividades celebrativas que programan sus miembros.

Todos sois conscientes del doble componente de la vida cristiana, la contemplación y la acción, que cualquier bautizado debe cultivar para responder con coherencia y fidelidad al Señor. Sabéis que el Papa insiste en repetidas ocasiones en las obras de la caridad hacia todos los hermanos, sobre todo hacia los que más sufren. Lo hace en sus viajes apostólicos y también a través de significativos gestos en su actuación pastoral en Roma. Por todo ello es muy reconocida y admirada su labor, tanto por creyentes por  no creyentes del mundo entero. Es un referente moral, con autoridad y un merecido respeto y prestigio por parte de periodistas, autoridades y estudiosos de muchas disciplinas académicas.

Ahora nos propone la adoración al Señor. Tan importante como la actividad fraterna. Nadie puede prescindir de la oración; todos los cristianos necesitamos fortalecer nuestra vida en conversación pausada y abierta con el Señor. No entenderíamos nada si prescindiéramos de esta dimensión orante. Aprovecho la ocasión para agradecer la dedicación del único monasterio de vida contemplativa de nuestra diócesis, las RR. Carmelitas, situadas en la Caparrella, que ponen en el centro de sus oraciones toda la programación de la comunidad diocesana. Os invito a participar de esta iniciativa.

+ Salvador Giménez, bisbe de Lleida